Erasmus en la España despoblada: "Vivo en un pueblo y siempre he querido trabajar en un pueblo"

Once universitarios se incorporan al programa apoyado por la Diputación de Huesca para realizar prácticas en empresas y administraciones del mundo rural.

De izquierda a derecha, Rafael Arilla, María Fernández-Pacheco y Juan Manuel-López.
De izquierda a derecha, Rafael Arilla, María Fernández-Pacheco y Juan Manuel-López.
Heraldo

"Hoy en día las nuevas tecnologías hacen posible que los jóvenes nos quedemos a trabajar en los pueblos". Lo dice Juan Manuel López Jarque, estudiante de Matemáticas de 4º curso, que pasará el verano en Ansó realizando prácticas laborales, dentro del programa Erasmus Rural de la Diputación de Huesca, cuyo objetivo es dar a conocer a los jóvenes las oportunidades laborales que brindan los pequeños municipios.

Este joven de 21 años es natural de Bordón (Teruel) y sabe cuál es la realidad del medio rural, pero la experiencia en la que lleva casi un mes le ha permitido darse cuenta de que el abanico de posibilidades laborales es muy amplio también en los pueblos, que además ofrecen más calidad de vida.

Como él, otros diez Erasmus rurales trabajarán este verano en Ansó, HechoTardienta, Broto, Torres de Barbués, Estadilla y Capella. A principios de junio comenzaron las prácticas cuatro universitarios en la provincia y el mes que viene lo harán siete más. Su perfil académico es muy diverso. Han realizado estudios de Magisterio, Matemáticas, Turismo, Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Veterinaria, Ingeniería Agroalimentaria, Administración y Dirección de Empresas o Derecho, demostrando que todos tienen opciones laborales fuera de las ciudades.

Los programas Desafío y Arraigo del Erasmus Rural de la Diputación de Huesca consiguieron el pasado año gestionar 22 prácticas formativas en poblaciones de ocho comarcas de la provincia, gracias al convenio firmado entre la institución provincial y la Universidad de Zaragoza, que permite financiar gastos de alojamiento, manutención y desplazamientos.

El objetivo es visibilizar el medio rural, aportarle valor y atraer nuevos habitantes, que los jóvenes puedan percibir la elevada calidad de vida de los pueblos y darse cuenta de que en ellos también es posible desarrollar una carrera profesional.

El programa Desafío está dirigido a estudiantes y el de Arraigo, a titulados en los tres últimos cursos académicos. En ambos casos, realizan prácticas en empresas, administraciones locales u otros organismos de municipios con menos de 1.500 habitantes.

Juan Manuel López, de 21 años, trabaja en la sala de ‘coworking’ de Ansó para la Asociación de Desarrollo Tecnológico Rural. "Estamos haciendo un proyecto para mejorar la calidad de las reservas de alojamientos rurales", explica el matemático. Él se encarga de la parte de desarrollo de aplicaciones web y otro estudiante de Turismo, de la comercialización. En Hecho hay una tercera beneficiaria del proyecto Desafío, implicada en un programa educativo para el colegio de la localidad.

"La Universidad ofertaba estas practicas y me pareció una buena opción para conocer el Pirineo al tiempo que trabajaba en aplicaciones web", explica el universitario de Bordón. Precisamente la tecnología es lo que hace posible que profesionales de todo tipo puedan trabajar desde los pueblos. "Es necesaria si quieren que los jóvenes nos quedemos aquí", dice. Él siempre había pensado que se encaminaría hacia la docencia, que acabaría siendo profesor de Matemáticas, pero estas prácticas, confiesa, "me han ampliado el abanico de posibilidades de la carrera".

Rafael Arilla, estudiante de 3º de Ingeniería Agroalimentaria de Barbués, hará prácticas en Torres de Barbués, cerca de casa, en concreto en una empresa agrícola. "Yo vivo en un pueblo y siempre he querido trabajar en un pueblo. Me gusta lo rural", afirma. Encadenará este Erasmus con otro que inicia en septiembre en Portugal, de seis meses. Valora las oportunidades que da el programa a los estudiantes, y su potencial para difundir entre los jóvenes "que no solo hay empresas en las ciudades".

La zaragozana María Fernández-Pacheco, estudiante de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, a la que solo le faltan las prácticas para acabar la carrera, trabajará un mes en la harinera de Tardienta a partir de julio. "Me lo recomendó una compañera. Quería cambiar de aires. No toda la industria está en Malpica. Me apetecía más ir a un pueblo que quedarme en Zaragoza". Se alojará en una casa rural y está ansiosa por probar este otro estilo de vida.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión