El agua ya llega a las puertas del embalse de Almudévar a tres meses de su finalización

Las obras están ejecutadas en un 96% y se han invertido 115 millones de euros. Según la Confederación Hidrográfica, la previsión es acabar el 30 de septiembre.

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El agua ya se acerca a la presa a través del canal de aducción que lo conecta con el de Monegros
Verónica Lacasa. 

Si las obras hidráulicas tienen un denominador común en Aragón, ese es la demora en su realización. Ejemplo de ello son Yesa, con los sucesivos modificados de obras para el recrecimiento, y Mularroya, cuya construcción ha estado plagada de tropiezos judiciales. Por eso, los menos de seis años invertidos en levantar el embalse de Almudévar, la tercera presa actualmente en ejecución en la Comunidad, se podrían considerar un récord.

Ya hay calendario para finalizar las obras de este pantano, destinado al regadío, con una capacidad de 169 hectómetros cúbicos. Actuará como una gran balsa de almacenamiento de los caudales sobrantes del Cinca y el Gállego, que podrán ser utilizados en años de sequía como este. Según la Confederación Hidrográfica del Ebro y la empresa constructora (la UTE formada por Sacyr, Lantania, Vías y Sogeosa), la fecha prevista para acabar la construcción es el 30 de septiembre del 2023.

El contrato se adjudicó en 2014 pero el retraso en las expropiaciones demoró el inicio oficial hasta noviembre del 2017. Antes de empezar a levantar los dos diques que cierran el vaso, de 2,4 y 3,5 kilómetros de largo, uno situado en el municipio de Huesca y otro en el de Almudévar, fue necesario analizar los materiales de la zona, ya que se han construido con tierras excavadas en el vaso. Para hacer los estudios se preparó un terraplén de ensayo, una pequeña presa a escala, que sirvió como laboratorio y campo de pruebas.

Ya solo quedan por ejecutar los "remates", según fuentes de la UTE, como instalar la iluminación exterior y el cableado de baja tensión o acabar la urbanización en el entorno del edificio de control y la casa de emergencias. Esta se sitúa en una cota más elevada porque la normativa exige que esté fuera del valle de inundación del embalse. Además cuenta también con un centro de administración.

En estos momentos siguen trabajando allí unas 50 personas. Están colocados ya en su sitio bombas, motores y turbinas, cubiertos de plásticos para evitar el deterioro hasta que se pongan en marcha.

La prueba más evidente de la inminente finalización de las obras es la cercanía del agua. El de Almudévar es un embalse lateral, no construido sobre un río, que se alimenta del Canal de Monegros, conectado con la entrada de la presa este a través de un canal de aducción de poco más de 1 kilómetro. Este ya está lleno y solo lo separa del dique una ataguía. En el momento en que se retire esta pared de tierra que impide la entrada del caudal mientras duran la obras, podrá empezar el llenado.

También está construida la subestación eléctrica, conectada por una nueva la línea de 13 kilómetros a la de la Plataforma Logística de Huesca. Una infraestructura importante teniendo en cuenta que el agua se eleva del canal al embalse a través de siete bombas, cada una de 14 metros de altura y 33 toneladas de peso. La línea será necesaria igualmente para las turbinas, que permitirán generar electricidad en el proceso de vertido de agua al canal de riego, compensando así el gasto de consumo en el llenado.

"Los diques están terminados, el canal de abducción, que conecta el de Monegros con el embalse, también, y estamos acabando desagües de fondos y el edificio donde están las turbinas", explica el director de la obra, el ingeniero de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Raimundo Lafuente. No obstante, antes de que esté operativo todavía pasará tiempo, pues debe realizarse la puesta en carga.

En un año como este de sequía será complicado que haya sobrantes con los que alimentar este embalse. Para empezar a almacenar agua deberían estar llenos Mediano, El Grado y La Sotonera, las otra piezas de regulación de la intercuenca Gállego-Cinca de Riegos del Alto Aragón. En todo caso, en periodos de bonanza garantizaría una reserva de 169 hectómetros cúbicos para atender más de 130.000 hectáreas de cultivos del sistema y sobre todo las nuevas zonas regables de Monegros. "La idea es guardar aquí agua cuando sobra para emplearla cuando se necesite", resume el director de la obra.

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