Las calles de Ayerbe se convertirán en la noche de este Jueves Santo en escenario de La Enclavación, que regresa a escena cuatro años después de parón obligado, uno de ellos por la lluvia y los otros tres por la pandemia de la covid-19. Los organizadores confían en recuperar las exitosas cifras de las últimas ediciones en las que se llegaron a congregar entre 2.000 y 3.000 personas de público.

Declarada fiesta de Interés Turístico de Aragón, la recreación de los últimos momentos de la Pasión de Cristo es la principal seña de identidad de la Semana Santa ayerbense. En esta XVIII participan alrededor de 60 personas. "Ha sido como empezar casi de nuevo después de tantos años parados porque ha habido que buscar nuevos actores, hacer más ensayos...», destaca el coordinador, Alejandro Salcedo.

Santiago Evrard volverá a encarnar a Jesús, quien con la única iluminación de las antorchas saldará a las doce de la noche del Ayuntamiento para cargar una cruz de 50 kilos hasta la plaza de Ramón y Cajal, frente al Palacio de los Urriés recreando el Camino al Calvario, las caídas, la flagelación, la crucifixión, las siete palabras, el descendimiento, la Piedad y el Santo Entierro. Este año, como novedad, la representación se hará a ras en suelo en lugar de un escenario. Y solo las voces del Orfeón Reino de los Mallos quebrará el riguroso silencio.

Alejandro Salcedo

En esta 18ª edición han invitado a la Cofradía de la Preciosísima Sangre de Cristo de Huesca, las Carraclas y Matracas de Alcalá de Guerrea y la Cofradía de la Sangre de Cristo de Ayerbe, que se unirán en la estremecedora rompida de la hora.

El Viernes Santo, a partir de las 21.00, se celebrará la procesión del Santo Entierro, que cerrará el Cristo de la Cama escoltada por romanos. El programa de Semana Santa concluirá el Sábado Santo con la solemne vigilia pascual a las 23.30 y el Domingo de Pascua con la misa a las 12.30.