Aparcar en Riglos para visitar los Mallos costará 3 euros desde este miércoles
El ayuntamiento activa la ordenanza que regula los estacionamientos para evitar la masificación de vehículos, que llegó a colapsar el acceso a la localidad en los días de gran afluencia.
La regulación de los aparcamientos habilitados en Riglos se pone este miércoles 5 de abril en marcha. El objetivo es evitar la masificación de vehículos que se produce en determinados fines de semana y días festivos. Hace varios años, especialmente desde la pandemia, que la afluencia de turistas desborda la capacidad de dar cabida a todos los coches que llegan con visitantes para contemplar o pasear cerca de los famosos Mallos. A partir de ahora deberán abonar 3 euros diarios por el estacionamiento.
El alcalde de Las Peñas de Riglos, Juan Francisco Torralba, comenta que en ocasiones "hemos tenido que cerrar el acceso porque no cogían más coches". Según explica, hay un problema añadido con las furgonetas y autocaravanas. "Las zonas de parquin se han llegado a convertir en improvisados campamentos, y sin ningún servicio durante muchos años", señala.
Tras la pandemia, el ayuntamiento acondicionó un espacio a la entrada del pueblo con una pequeña fuente y un módulo de servicios "para que todos pudieran coger agua y asearse en un lugar digno», explica el alcalde. Entonces ya se acotó la zona de pernocta de estos vehículos. Después y con fondos municipales, se construyó un parquin más grande. "Hubo dificultades, pero las obras acabaron", indica Torralba. Se ha redactado y aprobado una ordenanza de uso y su tasa correspondiente.
Se han instalado dos máquinas expendedoras de tiques y se ha contratado a una persona para las labores de información, sobre los aparcamientos como acerca del entorno de Riglos y del resto del municipio (Las Peñas de Riglos). Además, se encargará de facilitar el pago a las personas que no lleven dinero en metálico así como del mantenimiento de los cinco estacionamientos y la limpieza de los WC.
Tarjetas de tres colores
El ayuntamiento ha establecido un sistema de tarjetas de colores para identificar a los vehículos. La azul es para los coches que pagan el impuesto IVTM en el municipio. Pueden entrar al pueblo y estacionar en sus calles.
La de color rojo es para los vecinos (dos tarjetas por casa), que estacionarán en el parquin número 4, el más próximo al núcleo urbano. Las amarillas se han distribuido entre los trabajadores de hostelería de los establecimientos de la localidad.
El resto de visitantes deberá abonar la tasa establecida, 3 euros diarios. "No es una medida muy popular para los afectados, pero sí muy demandada por la mayoría de los vecinos del pueblo", comenta el alcalde. "Además creemos que es la única manera de regular las masificaciones de vehículos que hemos venido sufriendo", añade.
