Huesca: relevo generacional para las túnicas y los tambores

El Santo Cáliz y el Prendimiento desfilaron anoche por el centro de Huesca arropados por cientos de fieles.

La banda de tambores y bombos de la Cofradía Salesiana del Santo Cáliz tiene relevo.
La banda de tambores y bombos de la Cofradía Salesiana del Santo Cáliz tiene relevo.
Javier Navarro

La ciudad de Huesca ya está plenamente imbuida de la pasión por la Semana Santa. Después del prólogo festivo del Domingo de Ramos y del estremecedor porteo del Cristo de los Gitanos, ayer fue el turno de dos nuevas cofradías, la Salesiana del Santo Cáliz y la del Prendimiento, que volvieron a llenar las calles del centro de redobles de tambores y bombos y de profunda devoción arropados de cientos de fieles.

Tras dejar atrás definitivamente las mascarillas del pasado año, "hemos notado que por fin hemos vuelto a la normalidad y hemos trabajado muchísimo más al retomar también todas las actividades de Cuaresma", explicó Josefina Murillo, priora del Santo Cáliz. Y aunque salen también en la procesión del Viernes Santo, confesó poco antes de iniciar el primer desfile del Lunes Santo que estaban "más nerviosos porque ‘jugamos’ en casa como quien dice ya que la mayoría de cofrades somos antiguos alumnos de Salesianos y estamos muy vinculados a la parroquia y a ‘La Pasión’, y queremos que salga todo perfecto así que lo vivimos con mucha emoción".

Más de 150 cofrades partieron a las 21.00 de la iglesia de María Auxiliadora con el paso del Cenáculo y encabezados por un estandarte que lucía un crespón negro -los cofrades llevaban un lazo del mismo color en sus túnicas- en memoria de los fallecidos desde el inicio de la pandemia.

En la plaza de la Inmaculada hicieron un alto para que la banda de tambores y bombos interpretara su toque. Cerca de 70 componentes en los que el relevo generacional está garantizado "porque tenemos un grupo de niños de entre 4 y 8 años que lo han cogido con muchas ganas; vienen con sus padres a los ensayos desde que empiezan después del Pilar y aunque piensas que en las procesiones se pueden cansar, aguantan", valoró Josefina Murillo. Han sufrido algunas bajas entre penitentes de más edad "por achaques", aunque también se felicita de que "hemos tenido nuevas altas de niños y jóvenes del colegio".

Con un descanso de una hora desde la finalización del Cenáculo, la procesión del Prendimiento arrancó a las 23.00 desde la iglesia de Santo Domingo y San Martín, después de que el párroco leyera un pasaje de este momento de la Pasión de Cristo del evangelio de San Juan. Un momento muy esperado "porque el año pasado todavía estábamos pendientes de un hilo ya que podíamos tener casos de covid y este año, aunque lo sigamos teniendo presente, parece que por fin hemos dejado la pandemia de lado", se congratuló el prior, Javier Tolosana.

Más de un centenar de cofrades procesionaron y al igual que la cofradía del Santo Cáliz, en el Prendimiento también están contentos porque disponen de "cantera", sobre todo gracias a la banda de tambores "donde también tenemos niños pequeños", subrayó.

"Tenemos más dificultades para las filas de penitentes porque muchas son mujeres mayores y conforme van cumpliendo años les cuesta un poco más salir. Y con el paso, hoy -por ayer- no hay problema pero el viernes igual vamos un poco justos porque hemos notado que después de la pandemia, la gente se anima a irse más de vacaciones estos días si puede", argumenta Javier Tolosana. Ayer volvieron a invitar al Grupo de Matracas y Carraclas de Alcalá de Gurrea y a la banda de tambores de la Cofradía de los Gitanos.

Las procesiones continúan hoy con la salida de Jesús atado a la columna desde San Viator (20.30) y la Coronación de Espinas desde la basílica de San Lorenzo (23.00).

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