Arriesgado rescate de un corzo en el canal del Cinca

La Guardia Civil sacó al animal, que estaba exhausto y a punto de ser succionado cerca de una compuerta. Los agentes se tiraron atados con cuerdas debido a la fuerza del agua.

Los dos agentes con el animal rescatado.
Los dos agentes con el animal rescatado.
Guardia Civil

Dos agentes del puesto de la Guardia Civil de Barbastro salvaron la vida esta semana a un corzo cuando estaba a punto de morir ahogado, arrastrado por las aguas del canal del Cinca, en el término municipal de Peraltilla. El rescate no fue fácil ni estuvo exento de peligro, aunque los agentes se aseguraron con unas cuerdas al sumergirse en el agua para evitar correr la misma suerte.

Ocurrió el pasado miércoles. El corzo había caído al canal e intentaba mantenerse a flote y no ser absorbido por la fuerza del agua hacia una compuerta cercana. Un ciudadano que lo avistó dio aviso a la central de la Guardia Civil de Huesca. 

La Comandancia, que ha informado este domingo del rescate, ha explicado que al llegar al lugar los guardias valoraron la situación viendo que el corzo corría un grave riesgo. Se encontraba visiblemente exhausto y nadaba contracorriente. La compuerta cercana provocaba que el agua hiciera un efecto de succión del animal hacía su interior.

Allí estaba también un agente de medio ambiente, que les advirtió de "lo arriesgado" del rescate debido al poder de succión del agua en esa zona el canal. Pese a todo, los guardias civiles tomaron la decisión de introducirse en el agua igualmente, eso sí, tomaron precauciones y se ataron unas cuerdas a sus cinturas y a las barandillas del canal. 

Los agentes cubrieron al animal con una manta térmica.
Los agentes cubrieron al animal con una manta térmica.
Guardia Civil

Fueron descendiendo por unas escaleras existentes en un lateral del canal y una vez en el interior del mismo, aprovechando un momento que el corzo se encontraba más próximo, consiguieron asir una cuerda a la cornamenta del animal. De este modo lograron sujetarlo y tirando poco a poco de él consiguieron sacarlo de la acequia.

Una vez en la superficie, confirmaron que el animal se encontraba exhausto y afectado por las bajas temperaturas del agua, por lo que lo trasladaron a una zona donde le diera el sol y lo cubrieron con una manta térmica, para que recobrara su temperatura corporal. Cuando el corzo recuperó fuerzas y consiguió incorporarse, abandonó el lugar sin lesiones aparentes.

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