Los pacientes que han estrenado este miércoles las nuevas Urgencias del Hospital Universitario de Huesca, que han ganado en comodidad tanto para los enfermos como para los trabajadores, se han encontrado con una diferencia respecto a la imagen que se trasladó de las instalaciones la semana pasada cuando se llevó a cabo la inauguración institucional. Y es que las camas de la nueva sala de observación eran de distinto modelo, algo llamativo pero que los propios profesionales del servicio han valorado como una simple anécdota. 

Fuentes del departamento de Sanidad y del propio personal de Urgencias han aclarado que el pasado miércoles, antes de la visita que realizaron el presidente Javier Lambán y la consejera Sira Repollés para conocer de primera mano el resultado de las obras, en las que se han invertido 5,8 millones de euros, se bajaron camas de la sexta planta del mismo hospital para equipar la sala de observación de forma provisional. Se trata de unas camas articuladas que se suelen emplear para pacientes con problemas de movilidad, con ictus u oncológicos. Una vez finalizada la visita institucional, se volvieron a llevar a la sexta. 

Desde entonces, la sala de observación estuvo vacía -como pudieron comprobar el lunes los asistentes al homenaje póstumo que rindió el San Jorge al exjefe de Urgencias Jesús Recreo- hasta que este miércoles se ha realizado el traspaso de instalaciones y se ha vuelto a ocupar, esta vez con las camas antiguas que había en el Hospital de Día de las antiguas Urgencias. No obstante, el propio personal ha asegurado que también disponen varias camas articuladas para pacientes con necesidades especiales.

Desde el departamento han dejado claro que pese a que la semana pasada se hicieran esos "movimientos" internos de mobiliario, "eso no significa que no haya camas o que sean peores". 

Ya en la inauguración se advirtió, además, de que no había llegado aún todo el equipamiento de material y mobiliario que se ha adquirido para las nuevas Urgencias por un montante de 900.000 euros. Entre los contratos, hubo uno por valor de 180.000 euros que incluía la compra de 26 camillas de transporte para pacientes que al parecer aún no han llegado por el retraso que acumulan este tipo de suministros.