El hombre que cogió una caja de madera y vio que ahí estaba la estación de Canfranc

Pascual Vicente, vecino de Huesca, ha realizado una maqueta de la terminal internacional, con todos los detalles y hasta un tren, que se exhibe en el escaparate de una pastelería de la ciudad. 

Pascual Serrano posa tras el escaparate donde puede verse la maqueta de la estación de Canfranc.
Pascual Serrano posa tras el escaparate donde puede verse la maqueta de la estación de Canfranc.
Verónica Lacasa

Su yerno le proporcionó una caja de madera para que tuviera material con el que hacer sus maquetas y Pascual Serrano Barrio vio que aquello era la Estación Internacional de Canfranc, con sus docenas de ventanas y puertas, remates, farolas vías y hasta un tren con locomotora, vagones de carga y de pasajeros.

Tres meses estuvo trabajando, por las tardes en el trastero de su casa, para dar forma a la terminal, que ahora luce en el escaparate de la pastelería Dulcysa de la calle Cabestany de Huesca y que a finales de febrero puede que quede depositada en el local de la Asociación Altoaragonesa de Amigos del Ferrocarril, con sede en la capital oscense, como han solicitado al constructor.

Pascual Serrano comenzó a hacer trabajos de marquetería tras su jubilación porque “me aburría”. Antes de la estación de Canfranc, de sus manos y su paciencia han salido el campo de El Alcoraz, el castillo de Loarre, la casita de Blancanieves colocada en el parque Miguel Servet, carruseles, norias y molinos con movimiento para sus nietos y vecinos y multitud de casas de distintos estilos.

Todo comenzó en el bar Reinols, en la avenida Monegros. “El dueño es amigo mío y un día le dije: te voy a hacer la fachada en madera”. Y la hizo. En este mismo establecimiento alguien le retó a construir una maqueta de el estadio de la SD Huesca. Y la hizo. Desde entonces no ha parado. Según cuenta, por la mañana acompaña a un amigo que hace un año sufrió un ictus y por la tarde se pierde en el trastero dando forma a lo que le piden o a aquello que se le ocurre que puede hacer.

La maqueta de la estación tiene iluminación interior.
La maqueta de la estación tiene iluminación interior.
Heraldo.es

Este artista explica que no trabaja con escalas sino con las medidas que le dicta su cabeza y que para hacer las maquetas mira fotografías. “Cada vez que miraba las de la estación veía un detalle que no había puesto”, cuenta, satisfecho con el resultado obtenido. En sus creaciones llama la atención el dominio del material, que es tal que no ha tenido problemas para hacer la característica bóveda negra del edificio ferroviario. “Siempre me preguntan cómo doblo la madera, pero no hay más que mantenerla en agua caliente el tiempo que necesite, según el grosor, para poder moldearla”, apunta.

La estación tiene 1,32 metros de longitud y está representada con la imagen que tenía antes de las reciente restauración. “En la pastelería me han dicho que mucha gente se para a verla, y que incluso entran para contemplarla por detrás”, señala Pascual Serrano. No es la primera que expone en el escaparate del local, donde va cada día a comprar el pan.

Lo más complicado de la estación de Canfranc, además de los faroles que rematan la fachada principal, fue el tren. Trató de localizar una convoy antiguo para ambientar el conjunto, pero no lo consiguió así que se puso manos a la obra. De los paneles de madera salió una locomotora, un vagón para el carbón, otros dos de viajeros (con asientos) y una plataforma de carga. El colofón de la maqueta fue la iluminación interior, con bombillas led.

Su próximo proyecto, la Ciudadela de Jaca.
Su próximo proyecto, la Ciudadela de Jaca.
Heraldo.es

Pascual Serrano ya ha empezado a avanzar en su siguiente proyecto: la Ciudadela de Jaca. No sabe de dónde le viene esta habilidad porque su trabajo no tenía que ver con su afición. "Puede que sea porque uno de mis abuelos fue carpintero", aventura.

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