Crece la oleada de robos en los pueblos del entorno de Huesca pese a reforzar la vigilancia

Los ladrones ha asaltado dos casas más en Banastás, que se suman a los recientes robos cometidos en Siétamo y Chimillas. Mientras, Tierz ultima la instalación de cámaras de videovigilancia.

Vecinos paseando de noche por Banastás, que el viernes sufrió dos asaltos en viviendas.
Vecinos paseando de noche por Banastás, que el viernes sufrió dos asaltos en viviendas.
Verónica Lacasa

La ola de robos en casas de pueblos del entorno de Huesca sigue creciendo y alarmando a los vecinos. El viernes, los ladrones asaltaron dos viviendas de Banastás, a 7,5 km de la capital, donde ya hubo cuatro robos más en enero. Y eso que la Guardia Civil ha reforzado la vigilancia en toda esta zona donde hay muchas segundas residencias.

Antonio Boné, alcalde de Banastás, explicó que los cacos emplearon el mismo modus operandi que en las anteriores ocasiones. Rompieron las ventanas y una vez dentro de las viviendas, se llevaron también dinero y joyas. Los delincuentes, que se aseguraron antes de que no había inquilinos, actuaron rápidamente y no fueron vistos.

El alcalde admite que hay "mucha preocupación" porque han vuelto a robar incluso después de que la Guardia Civil intensificara la vigilancia con patrullas que recorren el pueblo más a menudo. "Está claro que los ladrones son muy hábiles", señala.

También en Chimillas, a 6,5 km de Huesca, se han disparado las alarmas tras un robo cometido en el bar de la localidad hace dos semanas. El alcalde, Miguel Ángel Torres, segura que este suceso y los asaltos de Banastás, que está a solo 1 km, han causado "inquietud" entre los vecinos, "sobre todo entre los agricultores, que tienen que estar más pendientes de guardar la maquinaria, además de la inseguridad que genera a los residentes porque en los pueblos suele haber más relajación con las casas". En su caso, ya tienen cámaras de seguridad instaladas en todo el casco urbano.

En Siétamo, a 13 km de Huesca, también fueron víctimas de media docena de robos en viviendas entre finales de diciembre o principios de enero. En todos forzaron alguna ventana o persiana y eligieron casas vacías buscando dinero y joyas. Ante esta oleada, los vecinos han montado patrullas ciudadanas espontáneas. El alcalde, José Luis Usé, dice aliviado que llevan dos semanas sin incidentes gracias, en parte, a la "mayor presencia" de la Guardia Civil. Pese a ello, están tramitando la instalación de videovigilancia en los accesos.

Esta misma medida van a implantar en Tierz, otra localidad ubicada a solo 5,5 km de la capital. Aunque no han sufrido robos recientes, el alcalde, Jesús Alfaro, asegura que ya han solicitado permiso a la Subdelegación del Gobierno para colocar cámaras en los accesos y lugares como los parques, la escuela infantil, la puerta del Ayuntamiento o el polígono industrial. "Creemos que es algo muy útil para dar tranquilidad a los vecinos y para que la Guardia Civil tenga imágenes -se almacenan durante 30 días- por si tuviera que esclarecer algún delito", dice Alfaro.

Los robos no solo afectan a pueblos cercanos a Huesca ya que el 5 de enero fueron asaltadas tres unifamiliares de Peñalba llevándose dinero y joyas de oro.

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