Tardienta salva su panadería: "No quería dejar al pueblo sin servicio"
Beatriz Sánchez, vecina del municipio, ha abierto un despacho de pan con el fin de paliar el cierre del último obrador de la localidad.
Hace menos de quince días, Beatriz Sánchez Ubieto, natural de Tardienta, se enteró de que su localidad iba a quedarse sin panadería. Tras más de 40 años, el último obrador activo cerraba sus puertas. Por su experiencia de cara al público, siempre le había rondado la idea de montar un negocio propio. Al volver a casa, habló con su familia y tomó la decisión. "Me pareció la oportunidad perfecta", explica.
La nueva emprendedora ha comenzado este miércoles a servir sus primeras barras de pan. También farinosos, tortas, cruasanes o brevas. No ha mantenido el obrador; pero sí el servicio. Ha montado un despacho de pan y repostería, que sirve y vende los productos que elaboran en una de las panaderías más consolidadas de la zona, Ignacio Monesma e Hijos, creada en 1969 y situada en la vecina localidad de Almuniente.
Aunque aún debe coger destreza con las pinzas y memorizar los precios, Beatriz Sánchez cuenta con el aval de varios años trabajando de cara al público. De hecho, fue dependienta de una zapatería y después, de una fontanería. Desde hace más de siete años, trabajaba como auxiliar en la residencia municipal de Tardienta, que dejará a finales de esta misma semana.
"Ha sido todo muy rápido. Nos enteramos tarde del cierre del negocio anterior y hemos tenido poco tiempo para prepararnos; pero estoy contenta e ilusionada", señala Sánchez, que, además de cumplir un sueño, asumió el reto con un claro objetivo: "No dejar al pueblo sin un servicio esencial".
Y es que, tal y como señala uno de sus primeros clientes, Antonio Moreno, "ya se sabe que cuando una puerta se cierra en el medio rural es muy difícil conseguir su reapertura". "Para nosotros, es una alegría que haya gente con ganas de mantener el servicio; da vida al pueblo", subraya.
Pilar Arilla, vecina de Tardienta, también ha sido una de las muchas personas que este miércoles ha querido apoyar la apertura del nuevo negocio, donde ya ha realizado sus primeras compras. "Hay que acudir y comprar; hubiera sido una pena quedarnos sin este servicio", ha señalado.
Lupita Barluenga también se ha llevado a casa algunos de los muchos productos que ya se exhiben en los mostradores y estanterías del nuevo negocio, que ocupa el local dejado en su día por una carnicería. El despacho, que lleva por nombre ‘La panadería de Bea’, está cerca de la gasolinera, el nuevo quiosco y la Harinera de Tardienta, que es una de las empresas más importantes y consolidadas de esta población que ronda el millar de habitantes.
En su primer día, además del apoyo de sus vecinos, Beatriz Sánchez ha contado con la ayuda del anterior panadero, Lorenzo Alamán, que decidió cerrar el obrador tras la marcha de su socio. En solitario, y ante la subida de las materias primas, su viabilidad resultaba complicada. Tras el mostrador, también ha contado con las manos de los trabajadores de la panadería Ignacio Monesma e Hijos, lo que, según ha explicado, ha conseguido aligerar los nervios.
Beatriz Sánchez ha apostado además por este negocio dado su arraigo con la localidad de Tardienta, donde quiere seguir viviendo, ya que se trata de "un pueblo acogedor y vivo, con un importante número de servicios y bien comunicado", señala. Para mantener su vitalidad, ella acaba de aportar trabajo y valentía.
