Las últimas nevadas en las pistas de esquí del Pirineo frenan las cancelaciones y animan las ventas

Las estaciones trabajan para ampliar el dominio esquiable contando con el frío como aliado.   

La nieve recibió a los visitantes que este domingo se acercaron a Astún.
La nieve recibió a los visitantes que este domingo se acercaron a Astún.
Javier Navarro

No ha sido la nevada del año ni ha dejado un metro de nieve, pero las precipitaciones de los dos últimos días en el Pirineo aragonés han conseguido cambiar el paisaje y la tendencia en cuanto a la ocupación turística. Los hoteles situados a pie de pistas han dejado de recibir llamadas para cancelar habitaciones por la escasez de nieve en las estaciones. Todo lo contrario, se han empezado a animar las reservas para este mes de enero.

El temporal que entró la madrugada del domingo siguió dejando nieve el lunes en cotas altas. Las estaciones, que vivieron unas circunstancias excepcionales en las vacaciones de Navidad tras un mes de sequía, han empezado a aumentar la superficie esquiable. El dominio 100K Astún-Candanchú pasó de 23 a 27,5 kilómetros; Formigal-Panticosa de 29 a 34; y Cerler, de 23 a 25. En las cotas más altas, el temporal dejó 40 centímetros y en la parte baja, 15 cm.

De momento un aumento tímido, a la espera de poder tratar el manto para seguir incrementando el dominio esquiable, pues también han bajado las temperaturas para favorecer la innivación artificial. Astún, con -6,9 grados, y Cerler, con -6,7, estaban el lunes entre las mínimas de todo el país.

Los empresarios turísticos esperaban la nieve como agua de mayo. Tras las vacaciones de Navidad empieza el turno para los grupos y el esquí escolar. Jesús Pellejero, hotelero del valle de Tena, cree que el panorama "va a cambiar sustancialmente", pese a no ser la gran nevada del invierno, aclaraba justo el día en que se cumplían dos años del histórico temporal Filomena.

"Se van a abrir bastantes zonas. En Formigal, Portalet, Anayet o Izas, y eso el mercado lo recibirá bien. Desde que empezó enero íbamos perdiendo reservas día a día y el domingo ya cambió la tendencia con más ventas que cancelaciones", explicó este empresario.

Según Pellejero, que además es presidente de la asociación turística del valle de Tena, a pesar de que las pistas estaban bajo mínimos en las cotas más bajas de las estaciones de esquí, las vacaciones de Navidad han tenido una ocupación "mejor de lo que se podía esperar". Del 23 de diciembre al 3 de enero, asegura, la ocupación fue muy buena. Y recuerda que el invierno no ha hecho más que empezar, que todavía puede nevar mucho más para tener una gran temporada.

En el mismo sentido se pronunció el director general de Aramón, Antonio Gericó, al haber balance de la Navidad. Afirmó que "pese a la situación excepcional", el resultado es positivo, con un nivel de ocupación turística en los valles del Pirineo en torno al 80% hasta el día 4 de enero y algo más bajo en el puente de la festividad de Reyes.

El esfuerzo realizado en los centros invernales para mantener la nieve, frente a unas temperaturas más propias de la primavera y la falta de precipitaciones, consiguió sujetar la ocupación. Una situación similar se ha vivido en Cataluña, otra de las pocas Comunidades con pistas de esquí abiertas en España. Allí el flujo de visitantes se mantuvo, aunque las pistas estaban bajo mínimos. Mientras, en Europa, emblemáticas estaciones de los Alpes suizos o austriacos han tenido que cerrar sus instalaciones o dejarlas reducidas a una franja de nieve por culpa de los termómetros inusualmente altos.

El diciembre más cálido

La Agencia Estatal de Meteorología hizo público ayer el resumen climático de diciembre, que ha pasado a ser el mes más cálido desde el comienzo de la serie en 1961, superando en 0,2°C al de 1989. La temperatura media en la España peninsular ha sido de 9,5°C, 2,9°C por encima de la media. Las máximas diarias quedaron 2,5°C por encima del valor normal, y las mínimas, 3,4°C. 

Las anomalías térmicas más destacadas se aproximaron a +3°C en el interior de Galicia, Castilla y León, País Vasco, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, centro de Andalucía, interior de Murcia y de la Comunidad Valenciana, sur de Aragón, interior de Cataluña y algunas zonas de Baleares.

Más nieve en las cumbres y más agua en los embalses

También los embalses se han beneficiado del cambio del tiempo el fin de semana. El de Yesa, en el río Aragón, una cuenca que permanece en emergencia desde agosto, recogía el lunes las abundantes precipitaciones registradas en localidades como Canfranc a lo largo del fin de semana. En unas horas aumentó su volumen en más de 10 hectómetros cúbicos y sigue creciendo, ya al 30% de su capacidad.

Por encima de 1.400 metros llegó en forma de nieve para garantizar también agua en los embalses en la época del deshielo. La estación meteorológica del refugio de Góriz, en el macizo de Monte Perdido, pasó de medir 27 centímetros a 63. El Ángel Orús, en el valle de Benasque, de 30 a 68. Y el de los Ibones de Bachimaña (Panticosa) duplicó los 30 cm que tenía.

Unos recursos muy necesarios con la cuenca del Ebro a un 44% de su capacidad. El nuevo informe mensual del Plan Especial de Sequía, publicado ayer, advierte de que a falta de 2 o 3 meses para la campaña de riego, las reservas embalsadas son muy deficientes, "por lo que peligra su desarrollo normal en toda la margen izquierda y el eje del Ebro". 

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