Carmen Barrantes Labayru: "Ahora, la gente se quiere entretener pero también quiere pensar"

La actriz, de Huesca, acaba de finalizar ‘Twist’ en Madrid y el 23 de diciembre estrena en Barcelona ‘Plátanos, cacahuetes y lo que el viento se llevó’. Brilla e la comedia y el musical y ha trabajado con Antonio Banderas, Jorge Usón, Gabino Diego...

Carmen Barrantes posa en el vestíbulo del hotel Pedro I de Huesca.
Carmen Barrantes posa en el vestíbulo del hotel Pedro I de Huesca.
Verónica Lacasa

Carmen Barrantes Labayru es de Huesca y es actriz.  Vive en Madrid desde 2005 pero mantiene un pie en la capital oscense, donde está su familia y donde viaja a menudo. Asegura que es un buen momento para el teatro y que, tras la pandemia, tenemos la sensibilidad a flor de piel.

En tiempos difíciles, hacer reír ¿es más fácil o más complicado?

La gente dice que ahora no se está para dramas sino para reír sin pensar, pero no estoy de acuerdo. Una cosa es el entretenimiento y otra el pensamiento y creo que la gente se quiere entretener pero también que quiere pensar.

¿Ha tenido algo que ver la pandemia?

Jorge Usón y yo hicimos ‘Con lo bien que estábamos’; la representamos antes de la pandemia y después, y el público había cambiado, y la obra cambió. Ahora estamos más sensibles, como si nos hubiéramos quitado una capa de piel. Fue algo muy fuerte para todos y nos planteamos muchas cosas. Creo que la gente tiene un poso más de profundidad, que las prioridades de ahora no son las de antes.

También hizo con Usón ‘Cabaré de caricia y puntapié’ y conquistaron Madrid ¿Es difícil llegar a la capital desde provincias?

Hay una familia de teatro madrileño que nosotros no conocíamos y este espectáculo nos abrió la puerta, nos vino a ver todo el mundo, todo el mundo. Madrid es como un imán donde vamos todos los que tenemos una pulsión artística y tenía la sensación de que hacer teatro ahí era como traspasar un muro de hormigón, que con el ‘Cabaré’ se agrietó y se cruzó. Hacer teatro en Madrid es difícil para los de provincias y para los madrileños.

Siguiendo con este espectáculo ¿a quién o a qué le daría una caricia y un puntapié?

Le daría una caricia a la palabra libertad, que ha sido un poco vilipendiada. Es una palabra muy bella y muy amplia y no se la puede apropiar ningún partido político. Y le daría un puntapié a esta situación tan radical, tan polarizada que tenemos. Siento que no se puede hablar de nada si no te pones en un extremo o en el otro, que se ha perdido el humor y todo es ofensivo... y esto nos lleva a perder más que a ganar. ¡Qué vivan los colores que están entre el negro y el blanco!

Imaginemos que España es una obra de teatro ¿de qué genero sería y qué papel le gustaría representar?

...Sería un esperpento, seguro. Y si no fuera de Valle Inclán me encantaría que fuera un guión de Berlanga o de Azcona. Y me gustaría ser alguien como María Luisa Ponte, una cómica con carácter y raza.

¿Cómo afecta al teatro este momento de crispación, amenazas, crisis…?

Hay una superproducción de funciones, en Madrid hay 14 musicales, muchísimas obras de teatro… Fuimos los grades perjudicados en pandemia porque regresamos los últimos y tuvimos muchos problemas con los aforos. Estaban los aviones llenos y las salas de teatro vacías… Igual me paso de optimismo , pero creo que es un buen momento, que la gente quiere ir a ver el presente. Es muy raro que tengamos una inmediatez tecnológica y que nos aburramos al minuto y que la gente se meta tres horas en una sala sin teléfono para ver un musical o una obra de teatro. Tengo la sensación de que te alimentan un miedo perpetuo, a no poder pagar la luz, a no tener trabajo, a que te caiga un misil… el miedo… No quiero vivir con miedo.

¿Ha respondido a sus expectativas su carrera como actriz?

Las ha superado. Estoy orgullosa. Me costó muchos años decir que yo era actriz, verbalizarlo..., con ese miedo a que me dijeran que no salía en la tele, que no me conocían. Yo no soy conocida pero me siento respetada y eso me enorgullece y alegra. Parece que es como ir por una carretera secundaria, lenta y con curvas… He ido combinando y ahora no sé si he pasado a una nacional pero puedo llevar una velocidad de crucero más rápida, aunque no tengo prisa. Me veo en uno de los mejores momentos de mi vida, me siento hasta guapa.

¿Se ve con glamur?

¿Qué es el glamur? Glamur tiene Isabel Preysler. El teatro tiene más de sagrado que de moda y eso es algo que se tiente cuando entras en un sala.

¿Qué le pide al año 2023?

Un gran proyecto y que las personas de mi entorno estén sanas y felices.

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