El Gobierno incluye el acuífero de San Julián de Banzo y el ibón de Cregüeñas en el Catálogo de Reservas Hidrológicas

Es la primera vez que este inventario registra masas de agua subterráneas en estado natural así como reservas naturales lacustres. Son un escenario "inmejorable" para evaluar los efectos del cambio climático.

Manantial de Fuenmayor en San Julián de Banzo.
Manantial de Fuenmayor en San Julián de Banzo.
Rafael Gobantes

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), ha declarado 67 reservas hidrológicas en todo el país. Son 26 nuevas reservas naturales fluviales y, por primera vez, 19 reservas naturales lacustres y 22 reservas naturales subterráneas. Entre estas últimas categorías se encuentran el ibón de Cregüeña ( Benasque) y la reserva natural subterránea de San Julián de Banzo-Fuenmayor), situada en el termino municipal de Loporzano e incluida en el sistema de abastecimiento de Huesca.  

El Ibón de Cregüeña (2.630 metros de altitud) es un lago de origen glaciar de grandes dimensiones, con cerca de 1,5 km de longitud y una profundidad de casi 100 m. Recoge aguas limpias provenientes de su cuenca en la que no se advierte actividad humana que modifique los usos del suelo, y es por lo tanto, oligotrófico.  Se ha escogido porque drena una cuenca 100% natural, además de por su gran entidad y localización.

El interés del manantial de San Julián de Banzo -Fuenmayor como reserva natural reside en que se trata de una de las descargas con mayor aportación que drenan la Sierra de Guara. Existen surgencias de la misma categoría, pero que posiblemente no alcanzan un control o el grado de conocimiento acerca de su funcionamiento hidrogeológico como el que se tiene para esta fuente. 

Debido a que las áreas protegidas son lugares de baja presión humana, las reservas hidrológicas constituyen un escenario inmejorable para evaluar los efectos del cambio climático en los ecosistemas de ríos y lagos, y aquellos asociados a agua subterránea.

Actualmente, el Miteco trabaja para implantar una red de seguimiento del cambio climático en cada uno de los tres tipos de reservas hidrológicas, donde se realizarán análisis de gabinete y campo para evaluar los cambios en variables meteorológicas, hidrológicas, hidrogeológicas, morfológicas o de vegetación de ribera, entre otras.

El Catálogo Nacional de Reservas Hidrológicas recoge por primera vez en la Cuenca del Ebro cuatro reservas naturales lacustres (RNL). Dos de ellas, la Laguna Salada de Chiprana y el Ibón de Cregüeña, están en Aragón.  Igualmente, son dos las reservas naturales subterráneas (RNS) de la misma cuenca que estrenan este nuevo registro, pero solo una, la de Fuenmayor, está en territorio aragonés. 

La declaración de 26 nuevas reservas naturales fluviales y la ampliación de dos tramos de ríos, con una longitud de 518,37 km, eleva el número total de espacios protegidos de este tipo a 248, con una extensión de 3.848,51 kilómetros. Además, se han agregado 19 reservas naturales lacustres con un área de 12,34 km2 y las 22 nuevas reservas naturales subterráneas, de 1.077,11 km2 de superficie.

Este proceso es fruto del trabajo realizado por las Confederaciones Hidrográficas para la revisión de los planes hidrológicos de tercer ciclo (2022-2027). Como resultado, se han identificado e incluido en el nuevo plan varios tramos de ríos, lagos y aguas subterráneas que cumplen con las características necesarias para ser reserva hidrológica. El Catálogo Nacional de Reservas Hidrológicas, que da soporte a toda la información técnica sobre estos espacios, cuenta en la actualidad con 222 reservas naturales fluviales: 135 en cuencas intercomunitarias y 87 pertenecientes a cuencas intracomunitarias. Con estas incorporaciones, el Catálogo pasa a contar con 289 reservas.

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