Aragón busca fondos en Europa para proteger las carreteras del Pirineo de las avalanchas
La inversión necesaria en Panticosa y Benasque supera los 4,5 millones de euros. Se apuesta por sistemas más naturales y de menor impacto visual, como el que se está ensayando en Biescas.
Desde que el Gobierno de Aragón trabaja con nivólogos para mejorar la vialidad invernal en los puntos más sensibles de las carreteras del Pirineo, los días de cierre por riesgo de avalanchas se han reducido a un tercio. Aún así se necesitan nuevas infraestructuras de contención para detener los aludes en vías de alta montaña como la A-139, en Llanos del Hospital (Benasque), o la A-2606, en el Balneario de Panticosa, además de en los pasos fronterizos de Bielsa y Portalet.
Las últimas estructuras antialudes de Benasque y Panticosa se construyeron en 2014. Ahora, la Dirección General de Carreteras estudia cuatro nuevas actuaciones con un coste de más de 4,5 millones de euros. Hay dos previstas en la A-139, Roset y Senarta 2, y otras tantas en la A-2606, una en La Gabarda y otra consistente en la ampliación de algunas viseras ya existentes. El departamento de Vertebración del Territorio tiene ya redactados tres de los anteproyectos, y según el director general, Bizén Fuster, se va a solicitar dinero de Europa para acometer las obras. Solo la de Roset costaría 1,8 millones.
Sin embargo, el Gobierno de Aragón se plantea dejar a un lado las tradicionales estructuras de hormigón y optar por soluciones de menor impacto visual, más baratas y "más financiables" por parte de Europa. Benasque y Panticosa no son zonas de conexión transfronteriza, prioritarias para Bruselas, por lo que es más difícil entrar en programas como el Poctefa, creado para fomentar el desarrollo sostenible de territorios situados en los límites entre países. La alternativa sería el Life, que subvenciona proyectos dedicados al medio ambiente y a la acción por el clima.
Ya hay medidas más sostenibles para reducir el riesgo en zonas de montaña que se están ensayando a uno y otro lado de la frontera del Portalet, en Biescas y Laruns, dos carreteras expuestas a lo largo de 60 kilómetros a peligros como aludes, deslizamientos de tierra, formación de ventisqueros, caídas de rocas y árboles, bloques de hielo o avenidas torrenciales. Por este eje circulan entre 400.000 y 1.000.000 de vehículos al año.
En él se está desarrollando el proyecto Phusicos, financiado al 60% por el programa Horizonte 2020 de la UE, basado en soluciones inspiradas en la naturaleza. Por ejemplo, se da prioridad al uso de estructuras de madera obtenidas incluso del propio bosque. Los trabajos que se están ejecutando en Biescas, en la A-136, han permitido construir ya siete de las 12 terrazas previstas que irán subiendo en altura para estabilizar la ladera.
Estas alternativas no solo causan menor impacto. También son más baratas (550.000 euros cuesta la de Biescas y 450.000 la de Laruns) y más fáciles de mantener, según los técnicos de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Pirineos-Pyrénées, que gestiona la carretera transfronteriza.
Esta agrupación, participada por la Diputación de Huesca, el Gobierno de Aragón y las autoridades departamentales francesas, concurrirá en febrero al programa Poctefa Mobi-Risk 2021-2027 con una petición de seis millones de euros para acciones a ambos lados de los Pirineos, en zonas situadas en la frontera. Una de ellas consistirá en la construcción de una galería de protección en el acceso norte del túnel de Escarrilla, también en la A-136, con un coste de 1,2 millones de euros. La malla es insuficiente para evitar los frecuentes desprendimientos sobre la vía. Con cargo al Mobi-Risk se quieren hacer también nuevas estructuras antiventisqueros, comprar un dron e instalar hitos de referencia.
En el túnel de Bielsa, en la A-138, la inversión ascendería a 1,1 millones, para protecciones antiavalanchas, mallas, sistemas de localización de riesgos de aludes y un equipo de primera intervención en el túnel.
Accesos cortados por aludes
El director general de Carreteras, que acaba de presentar el plan de vialidad invernal junto al consejero José Luis Soro, confía en lograr financiación para los proyectos "porque se ajustan a los objetivos del programa", garantizar la seguridad en las rutas de alta montaña. "Son zonas especialmente vulnerables frente a los riesgos naturales. Es importante avanzar en mecanismos de prevención y protección para minimizar cualquier impacto, y al mismo tiempo cortar las carreteras el menor tiempo posible. No olvidemos que son zonas turísticas con carreteras muy frecuentadas en invierno, en la época más cruda", precisa Bizén Fuster.
La incomunicación por la caída de aludes afecta especialmente a los accesos a los complejos turísticos de Llanos del Hospital y el Balneario de Panticosa. El director general de este último, Jesús González, asegura que el Gobierno de Aragón tiene muy bien localizados los puntos peligrosos. "Se han planteado distintas alternativas y se apuesta por mecanismos más sostenibles y baratos". Lógicamente los negocios están preocupados por los cortes que se repiten cada invierno, "pero cada vez el control es más exhaustivo y se cuenta con más medios, como el asesoramiento de nivólogos o las descargas desde un helicóptero, lo que facilita planificar el corte de la carretera". En 2021 hubo 7 días de cierre.
González recuerda que el Balneario tiene 130 trabajadores y puede alojar a 500 o 600 personas a la vez. "Somos un motor económico para el valle, pero hay que garantizar la seguridad. La DGA es sensible al impacto que nos causan los cortes y procura reducirlos al máximo", concluye.
