El acusado de asesinar a su exmujer en Barbastro alega un trastorno mental: "Estaba fuera de mí"

La Fiscalía, la acusación particular y la popular -ejercida por el Gobierno de Aragón- piden 27 años de cárcel y la defensa solicita la eximente por trastorno mental y su internamiento en un centro psiquiátrico.

El acusado de asesinar a su exmujer en Barbastro está siendo juzgado por la Audiencia Provincial de Huesca.
El acusado de asesinar a su exmujer en Barbastro, en el centro esposado, está siendo juzgado por la Audiencia Provincial de Huesca.
Verónica Lacasa

"Cuando ella me dijo que no quería vender el piso, me puse muy furioso, muy loco y estaba fuera de mí así que fui a la cocina, cogí un cuchillo y le corté un par de veces". Así ha relatado Abdelkader M., un hombre natural de Marruecos de 45 años, cómo asesinó a su exmujer, de 36, delante de sus tres hijos de 13, 6 y 1 años de edad en Barbastro, durante la primera sesión del juicio con jurado que celebra la Audiencia Provincial de Huesca

Unos hechos por los que se enfrenta a una petición de la Fiscalía, de la acusación particular y de la acusación popular -ejercida por el Gobierno de Aragón- de 27 años de cárcel al considerar que fue plenamente consciente de sus actos. Mientras, la defensa solicita aplicar la eximente completa por trastorno mental y su internamiento en un centro psiquiátrico. El juicio se retomará la próxima semana con las declaraciones de testigos, investigadores de la Guardia Civil y peritos. 

En esta primera sesión, el acusado se ha negado a responder a las preguntas de las acusaciones y solo lo ha hecho ante su abogado, Javier Vilarrubí. Adbelkader M. ha explicado que unos días antes había mantenido una fuerte discusión por la víctima por su negativa a vender la vivienda que habían compartido hasta su separación en 2019 tras ser condenado por un delito de malos tratos. Aquel 30 de junio de 2021, acudió al domicilio y comenzó a hablar con su exmujer en el salón. Empezaron a discutir y ella le dijo: "Vete de aquí loco o llamo a la Policía". Y en ese momento, él fue a la cocina, cogió un cuchillo de 33 cm y comenzó a agredirla. Ha asegurado no recordar que llegó a clavarle 12 cuchilladas, solo "un par". "Después me senté en el suelo porque no podía andar", ha afirmado. El acusado ha pedido "perdón de todo corazón" a sus hijos, a toda la familia y a los vecinos de Barbastro que quedaron conmocionados por el asesinato. 

Con todo, la mayor parte de su declaración se ha centrado en relatar las consecuencias de la enfermedad mental que empezó a sufrir hace cuatro o cinco años, según ha dicho. "Cuando iba en el camión conduciendo hablaba solo y escuchaba voces y zumbidos pero no le daba importancia porque pensaba que era normal", ha señalado. No obstante, en 2018 decidió pedir ayuda médica y comenzó un rosario de tratamientos y de ingresos hospitalarios. Ha asegurado que en un principio la medicación le ayudó a controlar los síntomas, pero con la separación dejó de tomarla regularmente. Desde su ingreso en prisión, sigue tratamiento en la Enfermería de la cárcel de Zuera. "Hoy en día sigo oyendo voces", ha subrayado. 

Antes de la declaración del acusado, cada una de las partes se ha dirigido a los miembros del jurado -formado por seis hombres y tres mujeres, más otras dos mujeres como suplentes- para exponerles sus tesis. La fiscal ha incidido en el "miedo" que ya manifestó la víctima ante su marido mucho tiempo antes de los hechos "porque se divorció pensando que se libraría de las amenazas" tras la condena por un delito de violencia de género. Mientras, la acusación particular, ejercida por el letrado Alejandro Soteras en nombre de los padres de la víctima, ha remarcado que pese al trastorno mental que le diagnosticaron, el día de los hechos el acusado estaba "estabilizado psicopatológicamente". "No hay excusa alguna, la quería matar porque no quería vender la casa y la mató, ese fue el móvil, porque consideró que fue un acto de traición y la odiaba", ha resumido. Y el abogado de la DGA ha destacado que "su pérdida de control fue solo selectiva ya que luego no hizo daño a los niños que estaban indefensos".  

Por su parte, el letrado defensor, Javier Vilarrubí, atribuye los hechos al trastorno psicótico delirante, autoreferencial y celotípico que le fue diagnosticado a su cliente por los más de 30 especialistas en psiquiatría y psicología que le han tratado en los últimos años. "Fue consciente de su acción, pero no pudo pararla porque sufrió un brote psicótico por no tomar la medicación", ha argumentado, además de lamentar que "esto nunca debió ocurrir". Y aparte de la eximente por trastorno mental que le aplicaron en la condena por malos tratos, ha recordado que también le concedieron la invalidez absoluta para trabajar como conductor por sus "problemas psicóticos de larga evolución". Por ello, considera que "la prisión no es el lugar adecuado para que vaya, sino un centro de internamiento psiquiátrico".

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