El Ayuntamiento de Huesca abre sus puertas a los mayores

Más de 160 personas participaron en las visitas organizadas coincidiendo con el Día Internacional de las Personas de Edad.

El alcalde se dirige a un grupo de visitantes en el salón del Justicia, con el célebre cuadro de La Campana de Huesca.
El alcalde se dirige a un grupo de visitantes en el salón del Justicia, con el célebre cuadro de La Campana de Huesca.
Ayuntamiento de Huesca

Más de 160 personas participaron a lo largo del sábado en la jornada de puertas abiertas que el Ayuntamiento de Huesca organizó para mayores de 65 años coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Personas de Edad, instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1990.

El objetivo era que todos los vecinos de la capital oscense que tienen más de 65 años puedan conocer la Casa Consistorial, declarada recientemente Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento. En su visita estuvieron acompañados por el alcalde de Huesca, Luis Felipe, o por concejales como Fernando Laborda (Personas y Organización), Ana Loriente (Seguridad Ciudadana y Movilidad), Ramón Lasaosa (Cultura y Fiestas) o Rosa Gerbás (Desarrollo y Turismo)

La primera visita tuvo lugar a las 11.00 y en ella el alcalde los recibió en el Salón del Justicia, donde pudieron contemplar de cerca el célebre cuadro de La Campana de Huesca. Luis Felipe incidió en la importancia de esta iniciativa porque “muchas de las personas que participan en la jornada no habían visitado nunca ciertas estancias de su ayuntamiento”. De esta forma, continuó, “les acompañamos y les ofrecemos una jornada diferente y atractiva, en la que les acercamos la historia de la ciudad y les animamos a sentir de cerca la que es su casa”.

El resto de visitas estaban programadas a las 12.30, 17.00 y 18.30, para cubrir toda la jornada. En todas ellas los participantes descubrieron todos los detalles de la Casa Consistorial, un ejemplo de arquitectura civil aragonesa renacentista que conserva elementos muy singulares como dos alfarjes, el patio y la escalera de ese estilo arquitectónico, el espacio barroco correspondiente al Colegio de Santiago, una cocina altoaragonesa, la sala rosa decorada con mobiliario isabelino o el antiguo despacho que ocupaba el alcalde.

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