Verano sin aglomeraciones en Ordesa con solo dos cierres

El Parque Nacional solo alcanzó el cupo máximo de visitantes en la Pradera dos días en agosto, rompiendo la tendencia de los últimos años.

Pese a las colas para coger el autobús algunos días, solo se llegó al cupo máximo dos días.
Pese a las colas para coger el autobús algunos días, solo se llegó al cupo máximo dos días.
Heraldo

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido parece haberse librado este verano de las aglomeraciones. Aunque no habrá datos oficiales de visitantes hasta el cierre del ejercicio del 2022, el transporte público hasta la Pradera es un termómetro que sirve para medir la afluencia.

En el verano de 2021, con el tirón del turismo de naturaleza, se tuvo que suspender la subida de viajeros en los autobuses lanzadera hasta en 10 ocasiones al completarse el cupo máximo de 1.800 en el valle de Ordesa. En 2020 se rozó casi todos los días de agosto y cerró cuatro en la primera quincena. Sin embargo, este 2022 solo ha sido necesario hacerlo dos jornadas.

Una de ellas, el 19 de agosto. Entonces se llegó a las 1.800 personas que, según el Plan Rector de Uso y Gestión, puede haber simultáneamente en el sector Ordesa, contando las que ya estaban en el parque y las que esperaban a la cola. Los autobuses siguieron llegando a la Pradera hasta llevarlas a todas, pero a partir de ese momento se suspendieron los viajes en tanto en cuanto no se redujera la afluencia. Lo mismo ocurrió el día 23 del mismo mes.

El dato del número de viajeros que utilizan el transporte también es un síntoma. En julio del 2022 entraron al valle de Ordesa en autobús 35.752 personas, frente a las 37.546 del 2019, periodo de referencia antes de la pandemia, un 5% menos. El porcentaje de descenso aumenta al 10% en lo que llevamos de agosto respecto a hace tres años.

Para el alcalde de Torla, Miguel Villacampa, el hecho de que solo se haya interrumpido el transporte público dos días es significativo. "Si no se ha cortado más es que ha venido menos gente que cualquiera de los últimos cinco años, cuando sucedía cinco o seis veces. Lo del 2021 fue excepcionales. Y problemas de aparcamiento solo hubo un día".

El verano en este sector del Parque Nacional no está siendo malo pero se queda lejos del año pasado. Junio tuvo muy buena ocupación hotelera pero julio decepcionó. "Veníamos del 2021, con todos los meses muy buenos, y este año hemos vuelto a la normalidad. El 2021 no es referencia. Abrimos el 13 de mayo y trabajamos igual o más que si hubiéramos abierto el 1 de abril. También hubo un buen otoño, gracias en parte a los bonos turísticos del Gobierno de Aragón, que aquí se notaron mucho", señala el alcalde de Torla. Bonos con descuentos de los que no se ha podido disfrutar este 2022.

"La afluencia depende mucho del clima y este año se ha caracterizado más por el calor que por las tormentas", explica la directora del Parque, Elena Villagrasa. El 7 de agosto fue un día "crítico" por el agua y el granizo, que obligó a rescatar a algunos excursionistas ante la crecida de los barrancos, que impedían el paso.

El calor también motivó que hubiera más excursionistas que transgredieran la norma que impide el baño. Junto a los perros sueltos, el uso de drones y la basura concentraron el mayor número de las denuncias.

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