Los mejores embajadores de San Lorenzo 

El Ayuntamiento ha rendido homenaje a los oscenses que viven en el exterior, llegados de Praga, París o Asturias, emocionados por el reencuentro con su ciudad.

Roberto Ciria amenizó con sus jotas la recepción ofrecida por el Ayuntamiento.
Roberto Ciria amenizó con sus jotas la recepción ofrecida por el Ayuntamiento.
Verónica Lacasa

Viven, en algún caso, a miles de kilómetro, en Praga, Bruselas o París, o en ciudades españolas lejanas, como Burgos, Oviedo o Madrid. Pero a pesar de la distancia llevan a San Lorenzo en el corazón. Los oscenses de la diáspora han sido este domingo los protagonistas de la jornada con la recepción institucional organizada por el Ayuntamiento, un acto que comenzó a realizarse en 2017 para reconocer su papel de embajadores de Huesca en el exterior.

"La infancia es la patria de cada uno: la primera casa, los primeros recuerdos...», ha dicho el alcalde, Luis Felipe, dándoles la bienvenida en su vuelta a casa, aunque sea temporal, para festejar a San Lorenzo, un motivo de reencuentro entre los que emigraron y las familias que permanecieron en la ciudad.

Más de uno ha dejado correr una lágrima en el patio del ayuntamiento cuando Roberto Ciria ha cantado una jota alusiva al latir laurentino de sus corazones desde la distancia. En nombre de todos oscenses emigrados ha hablado Rafael Fidalgo, quien se marchó en 1964 para jugar al fútbol, "pero sigo llevando Huesca en el alma". Su vida deportiva transcurrió en Asturias, donde además estudió Ingeniería Técnica para luego poder trabajar. "Mi relación con Huesca es diaria, estoy en contacto permanente, tengo mucha familia y mis padres están enterrados aquí", explica este oscense habitual de las fiestas de San Lorenzo y fiel seguidor de la SD Huesca, donde militó en su juventud. Su nieto ha heredado la pasión por el balón y es jugador profesional del América de México.

Entre los más de 80 residentes en el exterior que participaron en la recepción estaba Luis Paraíso. Trabajador de Amazon, hace 8 años se instaló en Praga, donde ha fundado una familia. Hace tiempo que no podía estar en las fiestas y este agosto ha tenido la satisfacción de poder mostrárselas a sus hijas, Olivia y Enma, de 6 y 4 años. "Con ellas las he vivido de manera diferente. No recordaba que hubiera tantas actividades para los niños. El programa es supercompleto y casi tienes que elegir". Sigue al Ayuntamiento de Huesca en Twitter, donde vio el llamamiento para reunir a los oscenses ausentes. Se apuntó inmediatamente. "Es una gran idea porque estamos tanto tiempo fuera que se echa de menos", reconoce Paraíso.

Juli Sanagustín llega desde más cerca. Recuerda la fecha de su partida a Suiza, el día de San Jorge de 1970, aunque luego se casó con un francés y desde 1972 vive en la región de Alsacia. Su participación en la recepción, a la que llegó con sus dos nietos y su pareja, ha sido una sorpresa, cuenta emocionada y nerviosa. "Vengo cada año a Huesca, pero a San Lorenzo esta es la segunda vez. No había estado desde hacia 28 años. He ido a todo: a las jotas, a los Danzantes, a la becerrada... Me marché de Huesca pero llevo Huesca en mi corazón", asegura.

También procede de Francia, concretamente de París, José María Abadía. Él se fue en 1960, después de conocer a su mujer, francesa, pero regresa casi todos los años, "aunque no se puede venir tantas veces como uno quisiera". En esta ocasión lo acompañan su hija, Beatriz, y sus nietas. "Yo venía de pequeña, pero hace mucho que no estaba. Esta vez nos hemos decidido después de dos años sin fiestas", explica ella. A sus dos hijas adolescentes "les encantan" las fiestas, "porque hay de todo para todos, se mezclan las generaciones en los actos y siempre tienes algo, no importa la hora que sea del día o de la noche". El abuelo les había dado algunas pistas de cómo es San Lorenzo, pero han podido vivirlo en primera persona.

De más cerca ha venido María Ramírez, trabajadora sanitaria reside desde 1985 en Burgos, a donde se fue siguiendo a su marido. Nunca había estado en la recepción, "aunque sí solemos venir en las fiestas". Un sobrino los animó a apuntarse al homenaje. En Pamplona reside María Ángeles Soler, quien se siente muy apegada a la ciudad. "No he fallado ningún año a San Lorenzo, salvo el que murió mi madre. San Fermín me encanta, pero no lo vivo tanto".

El concejal de Fiestas, Ramón Lasaosa, ha valorado la alta participación, incidiendo en la importancia del acto para "sentirnos cerca de todos los que no siempre estáis en la ciudad y que lleváis a Huesca allá dónde estéis".

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