El Centro de Innovación Gastronómica tendrá una mesa sensorial para medir las emociones de los comensales

Se abrirá en otoño en el Parque Tecnológico Walqa de Huesca y su objetivo es convertirse en referencia de la cocina aragonesa y en escaparate de la materia prima, los productores y las elaboraciones autóctonas. 

Carmelo Bosque saluda a Arturo Aliaga. A la derecha, el alcalde de Huesca, Luis Felipe.
Carmelo Bosque saluda a Arturo Aliaga. A la derecha, el alcalde de Huesca, Luis Felipe.
Asociación Hostelería Huesca

Aprender de los éxitos y de los fracasos, transmitir un legado e impulsar la investigación y, sobre todo, conseguir que los jóvenes se identifiquen con el territorio y se queden. Es el múltiple objetivo del Centro de Innovación Gastronómica de Aragón que se está acondicionando en uno de los edificios del Parque Tecnológico Walqa, en Huesca y que se pondrán en marcha a finales de octubre. 

Este espacio, impulsado por el Ayuntamiento oscense, la Asociación Provincial de Hostelería y el Gobierno aragonés estará gestionado por la Fundación Fernando Abadía, cocinero y propietario de Las Torres, Premio Nacional de Gastronomía en el 2000 y fallecido prematuramente en 2006. Su saber hacer supuso un hito en la gastronomía aragonesa y española y su estela continua brillando.    

El vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial, Arturo Aliaga, ha visitado este martes el que será el Centro de Innovación Gastronómica, todavía en obras. Las instalaciones ocuparán 328 metros cuadrados  y entre su equipamiento destaca una mesa sensorial. Se trata de un elemento que está desarrollando el ITA (Instituto Tecnológico de Aragón) para analizar el comportamiento humano ante la gastronomía.  

Carmelo Bosque, presidente de la Asociación de Hostelería de Huesca y chef del Lillas Pastia, restaurante de Huesca con una estrella Michelin, ha explicado que será "la primera mesa sensorial  que exista en España y la presentaremos en los próximos congresos de Madrid Fusión o Gastronómika". Preparada para seis comensales, irá más allá de las experiencias que han empezado a ofrecerse en algunos establecimientos nacionales e internacionales donde la iluminación, la música o la decoración prepara un marco singular para disfrutar de la comida.

La  mesa sensorial del Centro de Innovación Gastronómica de Aragón, en lugar de provocarlas,  calibrará las emociones de quienes se sienten ante los platos para determinar, por ejemplo, cuál ha sido el mejor recibido por su olor o su sabor. Se colocará en la sala principal, donde irán también una cocina y una barra de bar. En otras dependencias de menor tamaño se instalará un obrador para conseguir "el mejor pan sin gluten de España", un huerto- semillero de interior, una biblioteca especializada que empezará con 1.000 volúmenes y una videoteca que también funcionará como plató para presentaciones culinarias, incluidos la pastelería.  

Aliaga ha destacado que "la importancia de este centro es que proyecta a Aragón como un lugar de referencia y como el impulso definitivo a la marca de la gastronomía aragonesa". "Combinar los alimentos con las manufacturas del alma es la mejor manera de hacer el milagro que representa la gastronomía aragonesa. Aquí se combinará la innovación con la tradición y eso marcará un futuro que, sin duda, será un éxito para todos", ha apostillado el  vicepresidente.

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha incidido en que este centro "es una espacio para sumar". Asimismo, ha señalado que no fue difícil poner de acuerdo a todos los grupos municipales para destinar recursos económicos a este proyecto, que el Ayuntamiento respalda con 100.000 euros. 

Los cruasanes elaborados por Raúl Bernal, maestro chocolatero y pastelero, han sido un gran ejemplo de las elaboraciones artesanas de la ciudad
Los cruasanes elaborados por Raúl Bernal, maestro chocolatero y pastelero, han sido un gran ejemplo de las elaboraciones artesanas de la ciudad
P. T. Walqa

El centro pretende ser una referencia nacional e internacional y un espacio abierto a la investigación y la colaboración entre los diferentes sectores que conforman la gastronomía, desde el primario hasta el la restauración incluyendo a los productores, la universidad o la escuela, para enseñar a alimentarse bien. El proyecto hace partícipes a todos los agentes relacionados con la alimentación, la gastronomía, la hostelería y el turismo para poner en común el mayor número de ideas posibles.

"No se trata de ser muchos sino de que haya gente enamorada y feliz de desarrollar
este oficio"

El fin último es, según ha remarcado Carmelo Bosque, la excelencia. "Hay bastantes jóvenes trabajando en el territorio; ahora tenemos siete estrellas Michelin en Aragón y  creo que en futuro tendremos 12 o 14", ha manifestado. "No se trata de ser muchos sino de que haya gente enamorada y feliz de desarrollar este oficio porque, para la hostelería, lo importante es transmitir felicidad", ha añadido. 

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