Condenados dos tuiteros que simularon 'subastar' al activista oscense Moha Gerehou: "El racismo no sale gratis"

La sentencia determina que cometieron un delito de odio y los castiga con un año y tres meses de prisión y  una indemnización de 3.000 euros.

El periodista Moha Gerehou.
El periodista Moha Gerehou.
EFE

Lo que se dice en las redes sociales no sale gratis. No es la primera condena pero quizá contribuya un poco más a servir de aviso a navegantes. La Audiencia de Madrid acaba de sentenciar a dos tuiteros que publicaron mensajes racistas simulando la celebración de una 'subasta' del activista y periodista oscense Moha Gerehou, entonces presidente de SOS Racismo Madrid y autor del libro ''Qué hace un negro como tú en un sitio como este'. El fallo, difundido por elDiario.es, fija una pena de un año y tres meses de prisión y una indemnización de 3.000 euros. 

Moha Gerehou nació en Huesca y se fue a estudiar a Madrid. Sus padres son gambianos y asegura haber crecido "con África en casa y Europa en la calle". Ha destacado por su activismo antiracista. Tras la sentencia, ha manifestado: "Hace seis años unos tuiteros simularon una subasta racista conmigo. Ahora la Justicia condena a dos por delitos de odio. Lo importante aquí es que por una vez el racismo no sale gratis. Queda trabajar por Justicia en casos más graves, como en las fronteras".

Los hechos se remontan a julio de 2016, cuando Moha difundió en su perfil de Twitter un comentario a raíz de una campaña con el lema 'Estado español no tan blanco'. Los mensajes racistas no se hicieron esperar y hubo tres personas que en un hilo de la red social simularon una subasta. "Si me dejáis soltarlo en mitad del campo y cazarlo por 1.400 euros...", dijo uno. "Si viene desparasitado y con la cartilla del veterinario, te subo a 1.200", respondió otro. 

Finalmente fueron identificados dos, y procesados. Según la sentencia, el delito de odio está claro porque la intención era humillarlo y degradarlo. La Fiscalía había propuesto una pena de una año y seis meses de prisión y la prohibición de acercarse a él durante dos años, mientras que el abogado del demandante la elevaba a entre dos y cuatro años, así como la inhabilitación para ser docentes, monitores de deporte y tiempo libre, ya que uno de ellos ostentaba esta condición.  

Durante su vida, Moha ha sufrido otros episodios de odio, como insultos racistas en partidos de fútbol cuando jugaba de niño y adolescente, prohibiciones de entrar en establecimientos o llamar para alquilar una vivienda y que el propietario se echara atrás al escuchar un nombre que le sonaba extranjero; pero fue a raíz de que lo paró la Policía en el campus de la Complutense cuando surgió su activismo, que le condujo hasta SOS Racismo Madrid, entidad que presidió entre 2016 y 2018. "Crees que eres un estudiante más, pero para la Policía eres un potencial inmigrante irregular", explicó en una entrevista con motivo de la publicación de su libro.

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