La ola de calor no respeta ni al Pirineo: "Aquí no estamos acostumbrados a vivir con 35 grados"
En Benasque se han alcanzado casi 34 grados al mediodía, solo uno menos que en la capital oscense. El alcalde de Bielsa muestra su preocupación por el peligro de incendios en zonas con una gran masa forestal.
La ola de calor que mantiene en alerta a casi todo el país, no respeta ni a las zonas de montaña. Las localidades del Pirineo están registrando temperaturas tan inusuales como el resto de la Comunidad Autónoma y en las cumbres cada vez queda menos nieve. En Benasque se han medido a primera hora de la tarde casi 34 grados y en Bielsa, 35, los mismos que en Huesca. Eso sí, las noches son algo más frescas que en el llano. Los residentes en Benasque han disfrutado de mínimas de 11 grados centígrados, mientras que los de la capital oscense no han bajado de 22.
"Aquí no estamos acostumbrados a este calor, ni preparados. Ni las casas ni las oficinas tienen aire acondicionado", destaca el alcalde de Bielsa, una localidad que si bien la pasada noche ha bajado a 15 grados, por el día las temperaturas eran similares a las del resto de la provincia con 35'7 grados a las dos y media de la tarde.
Quienes se aventuran a salir a la montaña estos días están sufriendo el calor, y a este riesgo deben sumar el de las tormentas. La consejera de Presidencia, Mayte Pérez, incluso ha aconsejado evitar las actividades al aire libre por una cuestión de salud, un peligro al que sumar el de los incendios.
El fuego es ahora mismo la principal preocupación de los alcaldes del Pirineo, afirma Miguel Noguero, que además es presidente de la Red de Municipios de Espacios Naturales Protegidos de Aragón. "Tenemos una gran masa forestal, mucho material combustible porque el monte no se explota y está descuidado y con el cambio climático y las olas de calor este riesgo va a más", explica.
Incluso en los refugios de montaña situados a más de 2.000 metros de altitud se acercan a los 30 grados. La Renclusa, en el valle de Benasque, a 2.140 metros, ha registrado máximas de 26 grados en las últimas 24 horas. "Cuando yo era niño, por la fiesta de San Juan, la gente hacía la despedida de la temporada de esquí bajando hasta el refugio. Hoy, para encontrar nieve continua tienes que subir 1.000 metros más arriba", señala David Lafón, guarda del refugio, el segundo más alto del Pirineo aragonés.
Desde La Renclusa están desaconsejando hacer alguna ruta por la Maladeta porque se ha ido la nieve y aflora la piedra descompuesta. Queda todavía en el glaciar del Aneto, aunque en algún lugar ya asoma el hielo. No obstante, Lafón dice que habrá que esperar a ver cómo llega julio. Recuerda que hace cuatro años se vivió un episodio similar. "Batimos récord de nevadas, llegó el calor en junio, y luego julio y agosto fueron más fríos", dice.
En el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, la nieve que perduraba por encima de 2.000 metros también se está derritiendo a marchas forzadas. Un ejemplo es la Escupidera, en la ascensión a Monte Perdido (3.355 m). Si hace seis días todavía había, hasta el punto de que el refugio de Góriz recomendaba seguir utilizando material para progresar por el manto nivoso, desde el miércoles ya se puede subir sin tocarla. "Debido a la ola de calor y a las altas temperaturas de estos dos últimos meses, os anunciamos con mucha más antelación de la prevista, que ya se puede subir al Monte Perdido sin tocar nada de nieve", han anunciado desde el albergue, recomendando precaución con las tormentas.
El presidente de la asociación de empresarios del Valle de Benasque, José María Ciria, cree que esta ola de calor no perjudica a las zonas turísticas del Pirineo, al contrario, ya que siempre hay temperaturas más bajas, sobre todo por la noche. No obstante, se ha producido alguna cancelación debido a los avisos de tormentas por parte de montañeros que han desistido de subir a las crestas.
