La ola de calor fuerza a aplazar la Quebrantahuesos

La organización ha tomado la decisión tras consultar con las diferentes autoridades ante el riesgo que implica la altas temperaturas que se esperan para el sábado y buscará ahora una nueva fecha.

Un aspecto de la marcha cicloturista Quebrantahuesos.
Un aspecto de la marcha cicloturista Quebrantahuesos.
Rafael Gobantes

No fue algo sencillo, pero tras meditar y sopesar los pros y contras se optó por ser prudentes para evitar males mayores. Ni la Quebrantahuesos ni su hermana pequeña la Treparriscos se celebrarán el sábado. A menos de dos días para que los 11.000 participantes cruzasen la línea de salida en Sabiñánigo, la organización de la marcha cicloturista, compuesta por el Club Ciclista Edelweiss y la empresa Octagon, comunicó este jueves su aplazamiento. Fue tras consultarlo con las autoridades españolas y francesas, siguiendo también los protocolos que marca la Unión Ciclista Internacional y como una medida de precaución ante la ola de calor. Las previsiones meteorológicas que se manejaban el miércoles hablaban de máximas de hasta 38º durante la carrera y las que le han seguido no indican que la situación precisamente se vaya a suavizar.

En el comunicado en el que se dio a conocer la medida se lamentan “las molestias que esta decisión pueda conllevar a todos aquellos que forman parte de la Quebrantahuesos” y también se agradece la comprensión en lo que se califica como “tiempos difíciles”. Ahora, la intención es buscar una nueva fecha para poder poner de nuevo en marcha la que debería ser la 31ª edición de una cita deportiva que es todo un referente a nivel nacional e internacional con participantes de hasta 24 países y que hace que hasta el Pirineo lleguen más de 30.000 visitantes, lo que la convierte también en un acontecimiento social. Además, se trabaja en las medidas que se van a llevar a cabo en relación con el aplazamiento. No en vano, son muchos los que se iban a subir a la bicicleta y que ya se encuentran en la zona después de haber viajado desde lejos.

La necesidad de posponer la Quebrantahuesos, cuyo trazado largo pisa suelo francés, no resulta un hecho aislado. Los departamentos de Pirineos Atlánticos y Altos Pirineos del país vecino han cancelado todos los eventos deportivos al aire libre desde el viernes y hasta el domingo a causa del calor, lo que también afecta a otra cita ciclista, la Luchon-Bayona. Además, el Gobierno de Aragón pidió este jueves que se suspenda o se reduzca al mínimo cualquier actividad productiva, lúdica y deportiva.

La organización de la Quebrantahuesos venía trabajando ya desde días atrás en un escenario de dificultades derivadas del calor, pero con el optimismo de que todo llegase a buen puerto tras las experiencias de otros años en los que el mercurio también alcanzó cotas altas como en 1998, cuando fueron muchos los que abandonaron, y 2010. Así, se había activado un protocolo especial con el que se habían reforzado ciertos aspectos. El plan incluía, entre otras medidas, un puesto de avituallamiento extra en el puerto de Portalet, más hielo y líquido para los ciclistas, y cuatro vehículos de evacuación que se iban a sumar a los doce habituales dentro de un dispositivo que implica a cientos de efectivos y mil voluntarios, y que cuenta con un helicóptero de traslado y puestos medicalizados.

La del sábado se deseaba que fuese la edición de la vuelta a la normalidad después de que en 2020 la covid lo frenase todo y de que el año pasado se aguardase hasta septiembre para acabar celebrándola con frío y lluvia, lo que hizo que solo 1.900 participantes se aventurasen en la Quebrantahuesos y que 600 lo hiciesen en la Treparriscos. Ahora iban a ser 9.000 en la primera, consistente en 200 kilómetros con un desnivel de 3.500 metros y el paso por cuatro puertos, un perfil que nada tiene que envidiar a una etapa de La Vuelta o el Tour y que por ello resulta atractivo para los amantes del ciclismo e igualmente para los exprofesionales; por ella han pasado, entre muchos otros, Miguel Indurain, Óscar Pereiro, Purito Rodríguez, Fernando Escartín, Alberto Contador, Abraham Olano y Haimar Zubeldia. Para la segunda, de 85 kilómetros con la ascensión a Cotefablo como principal reto, había 2.000 inscritos. En esta ocasión el protagonista en las horas previas iba a ser con su homenaje Juan Carlos Unzué, exfutbolista y exentrenador que ha completado la Quebrantahuesos en cinco ocasiones y que sufre ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica).

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