Huesca culmina su Semana Santa con la procesión del Resucitado y la Esperanza
Representantes de todas las cofradías participan en el último desfile procesional, el Domingo de Resurrección, portando a hombros los dos pasos.
El encuentro entre el Cristo Resucitado y la Virgen de la Esperanza, en la plaza San Pedro ha puesto este domingo el punto final a la Semana Santa de Huesca. Organizada por la Archicofradía de la Vera Cruz, esta procesión se celebra desde hace una década y cuenta con la participación de representantes de todas las hermandades de la ciudad.
El Cristo Resucitado es una talla de madera policromada realizada por Pascual de Ipas hacia el año 1789. Desde 1975 puede verse en el Museo Diocesano. La escultura se lleva hasta los almacenes de la Vera Cruz en la iglesia de Santo Domingo para, desde allí, procesionar hasta la plaza de San Pedro a hombros de costaleros de diferentes cofradías.
La Virgen de la Esperanza, de autor desconocido y datada a finales del XIX, es una imagen tradicional de la Dolorosa. Se venera en la catedral y está cargo de la familia Arnal. La portan a hombros mujeres de las hermandades oscenses y el sábado se lleva a la iglesia de San Pedro cubierta con un velo negro.
Ambos pasos se han encontrado ante la iglesia hacia las 11.30, momento en el cual, se retira el velo de la Virgen de la Esperanza, que viste una túnica de color blanco. Ha sido también entonces cuando se ha soltado una paloma, a la que han seguido otras transportadas especialmente para la ocasión. Se trata de aves mensajeras que a lo largo de la mañana van volviendo a lugar donde se crían, cerca de Huesca.
La procesión del Resucitado hasta la plaza de San Pedro y el posterior trayecto de ambos pasos hasta la catedral, donde se han celebrado una misa, ha tenido numerosos espectadores, como todas las organizadas este año en la ciudad. En el recorrido también ha participado las bandas de la Cofradía del Prendimiento y de la Preciosísima Sangre de Cristo.
