Los contenedores marrones recogen más de 1,6 millones de kilos de basura orgánica

El compost generado con el reciclaje de esta materia se repartirá en el punto limpio de Huesca para que puedan utilizarlo todos los ciudadanos.

Los contenedores marrones de Huesca, desde que comenzó su instalación en el año 2018, han recogido  más de 1.647.000 kilos de materia orgánica, generando 628 toneladas de compost y reduciendo las emisiones de CO2 en una cantidad equivalente a casi 15.650 kilos.

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha visitado este viernes la planta de compostaje y ha remarcado que Huesca "es una ciudad que apuesta por el reciclaje y por una economía sostenible". "La materia orgánica representa aproximadamente el 40% del total de los residuos que generamos en casa, por ello es tan importante concienciar sobre la necesidad de su reciclaje”, ha añadido.

Por su parte el concejal de Medio Ambiente, Roberto Cacho, ha incidido en la importancia de evitar que estos residuos orgánicos vayan al vertedero: "No solo reducimos las emisiones de CO2, también generamos compost que se utiliza como abono para las zonas verdes y que, a partir de ahora, también se va a repartir en el punto limpio de Huesca para que puedan utilizarlo todos los ciudadanos".  Para recoger este abono es necesario tener la tarjeta que se utiliza para abrir el contenedor de materia orgánica. Además, los usuarios deberán llevar una bolsa o saco para transportarlo. 

En siete barrios

La recogida selectiva de la fracción orgánica ya está implantada en siete barrios de Huesca: María Auxiliadora, Santiago, San José, La Encarnación, San Lorenzo, Catedral y San Pedro. Roberto Cacho ha anunciado que antes de que acabe el año esta opción para separar esta materia del resto de la basura llegará a toda la ciudad con la instalación de contenedores en las zonas de Santo Domingo y San Martín y del Perpetuo Socorro.

En estos contenedores se pueden depositar todos los residuos domésticos de materia orgánica como peladuras de alimentos, restos de comida cocinada, cáscaras de alimentos, huesos y espinas, pan duro, posos de café, papel de cocina, flores y bolsitas de infusión, entre otros.

En estos momentos en la ciudad hay 292 contenedores de color marrón que precisan de una tarjeta electrónica para su apertura, y cinco máquinas expendedoras de bolsas compostables (Biblioteca avenida Pirineos, Centro Cultural Manuel Benito Moliner, avenida Martínez de Velasco Nº26, calle Teruel Nº16 y piscinas Almériz). Se instalarán otras dos. 

La planta de compostaje Huesca se construyó entre el año 2019 y 2020 y ha supuesto una inversión de más de 600.000 euros por parte del Ayuntamiento  La gerente de la empresa Grhusa para la gestión de los residuos urbanos , Teresa Víu, ha remarcado que el objetivo de este tratamiento es "minimizar el impacto de la huella de carbono y fomentar la economía circular, devolviendo a la sociedad el residuo orgánico en forma de materia prima como compost de calidad para el abono”. Asimismo, ha asegurado que los oscenses utilizan “muy bien” estos contenedores, por lo que el compost que se obtiene de esta planta "es de muy elevada calidad, ya que la cantidad de porcentaje de impropios que tenemos es solo del 1%", cuando se considera dentro de lo aceptable hasta un 5%.

La plan del vertedero de Fornillos es de tratamiento abierto y dinámico. El residuo orgánico que distribuye en pilas que son volteadas para su aireación y riego. Consta de una solera de hormigón de 2.000 metros cuadrados impermeabilizada y con recogida de lixiviados para garantizar la protección al medio ambiente. Para favorecer el proceso y controlarlo está construida bajo una carpa.

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