Huesca pide la colaboración de los vecinos para luchar contra la procesionaria

El Ayuntamiento solicita que informen si encuentran algún bolsón en el arbolado público, para evitar que las orugas alcancen el suelo y puedan afectar a usuarios de espacios públicos. 

Imagen tomada ayer de pinos del cerro de San jorge afectados por procesionaria.
Imagen tomada en los pinos del cerro de San Jorge, en Huesca, afectados por procesionaria.
RAFAEL GOBANTES

El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Huesca ha solicitado la colaboración de todos los vecinos para luchar contra la procesionaria de los pinos. Sus técnicos han pedido que informen si se detecta algún bolsón en el arbolado público, a través de un teléfono (974 292 100) o del correo electrónico (medioambiente@huesca.es). 

Este departamento actúa contra la procesionaria del pino en las zonas verdes de Huesca mediante una estrategia de gestión integrada: endoterapia vegetal, monitoreo con trampas de feromonas de captura de adultos, anillos de captura de orugas y corta de bolsones. La endoterapia consiste en la inyección del producto fitosanitario y/o sustancia nutricional directamente en el sistema vascular de la planta.

La técnico de Infraestructura Verde del Ayuntamiento de Huesca, Ana Pérez, ha explicado que el objetivo es "evitar que las procesiones de las orugas alcancen el suelo y puedan ocasionar molestias o afecciones a los usuarios de los espacios públicos". Además, se recuerda que en los jardines particulares son los propios vecinos los responsables de gestionar sus bolsones. Ante cualquier duda, pueden contactar con el Área de Medio Ambiente.

El aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias han vuelto a adelantar este año la presencia de los primeros ejemplares de procesionaria en los pinos. Un adelanto, efecto directo del cambio climático, que lleva repitiéndose de forma sistemática en los últimos años.

La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental ha advertido del importante impacto sanitario, económico y medioambiental que una plaga de oruga procesionaria puede llegar a acarrear. 

Este insecto está ampliamente extendido por toda España y, pese a su pequeño tamaño, acumula una devastadora capacidad para destruir los árboles donde anida y generar fuertes reacciones alérgicas tanto en personas como en animales -a quienes puede llegar a provocar la muerte-.

Además del cambio climático, otro de los factores que justifica el incremento en la intensidad de esta plaga, tal y como explica el director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental, Jorge Galván, es el progresivo aumento de las restricciones a nivel legal en el uso de productos biocidas que se venían empleando para su gestión y que en la actualidad han quedado reducidos a un único tratamiento posible: la endoterapia. "La endoterapia es una técnica de control de la procesionaria del pino que, si bien es muy efectiva y respetuosa con el medio ambiente, su coste constituye un factor limitante para el tratamiento de grandes masas arbóreas", afirma Galván.

La asociación ha alertado de la posible presencia de este tipo de insectos que, con las temperaturas primaverales que se están dando en prácticamente todo el territorio nacional, no tardarán en comenzar su característico descenso, unas detrás de otras, por los troncos de los árboles, con todo el riesgo que su presencia conlleva.

Y es que un mínimo contacto con esta especie puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas. “Ni siquiera es necesario el contacto directo con las orugas”, explica Galván, “ya que cuando éstas se sienten amenazadas lanzan sus pelos al aire, lo que genera irritaciones y alergias, especialmente si éstos alcanzan, por ejemplo, los ojos”.

Estas vellosidades son las llamadas “tricomas”. Cada individuo posee alrededor de 500.000 tricomas, listas para ejercer a modo de dardos envenenados en el momento en sientan que se encuentran en peligro. “Un mínimo contacto con ellos puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas debido a la liberación de histamina. En el caso de los animales de compañía, especialmente de los perros, este contacto puede llegar incluso a ocasionarles la muerte”, alerta el director general de ANECPLA.

Algunos de los principales síntomas del contacto con la oruga que los perros pueden manifestar son inflamación del hocico y cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación. En caso de que lleguen a comérselas, la ingestión del tóxico que lleva el insecto puede provocar la necrosis de lengua y garganta, y a consecuencia de ello, la muerte del animal.

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