"En la uci del San Jorge están muriendo tantos pacientes como antes o incluso más"

El jefe de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Huesca, Carlos Serón, cree que la tasa de mortalidad de enfermos críticos contagiados de covid ha aumentado. Una joven de 24 años ingresada actualmente es la de menor edad en estos casi dos años.

Carlos Serón, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario San Jorge de Huesca.
Carlos Serón, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario San Jorge de Huesca.
Rafael Gobantes

Pese a que los casos son más leves, el elevado número de contagios de la variante ómicron hace que un porcentaje, aunque sea pequeño, llegue a las ucis, de forma que estas no se encuentran en mejor situación en esta séptima ola, a punto de cumplirse dos años de inicio de la pandemia. De hecho, para el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario San Jorge de Huesca, Carlos Serón, es "uno de los peores momentos", en cuanto a ocupación de camas y a escasez de personal. A los sanitarios los ha pillado ya "agotados". "Nos faltan manos, son pacientes con mucha carga de trabajo", asegura, al tiempo que reclama más recursos humanos y mejoras en las estructuras hospitalarias. 

San Jorge tiene todas sus camas covid de Cuidados Intensivos (10) ocupadas, una situación que arrastra desde diciembre. Esta saturación obligó a mediados de enero a ampliar las plazas para poder atender a enfermos críticos afectados por otras patologías. Mientras, se estuvo derivando pacientes a otros hospitales de Aragón, aunque Serón reconoce que los traslados conllevan mucho riesgo.

La mortalidad en la uci del San Jorge sigue siendo muy alta en este momento. Según su responsable, durante todas las olas se ha situado en un 30%, pero ahora tiene la sensación de que incluso ha aumentado. "La mortalidad es menor en la población en general, pero en las ucis se mueren tantos pacientes como antes o incluso más. El que baja a la uci baja en la misma situación ahora que en el resto de la pandemia". En estos casi dos años, por esta unidad han pasado 140 personas.

Un dato alarmante es la edad de los pacientes que trata actualmente. El enfermo de menor edad que ha pasado por la uci de San Jorge es una joven de 24 años que está actualmente ingresada, intubada y con respirador. "El 50 o 60% son pacientes no vacunados y bastante más jóvenes que antes. En el caso de los vacunados, en general, tienen alguna enfermedad o tratamientos inmunodepresores", explica Carlos Serón, pero los jóvenes suelen ser personas sanas a los que se les complica el proceso.

Al problema de falta de personal, que obliga a los médicos a reforzar guardias de sus compañeros, se suma que la uci de Huesca necesita una remodelación, porque no permite aislar a los pacientes. "Se planteó tener cinco camas para covid y las otras seis para no covid, pero cuando entra el sexto covid, toda se tiene que destinar a estos pacientes. Llevo dos años pidiendo una uci nueva, ya la pedía antes, casi desde que la hicieron en 1990", señala el jefe de la unidad, en la que lleva trabajando más de 30 años. Cree que debería pensarse en ello porque el final de la pandemia no se ve en el horizonte, puede haber nuevas mutaciones del virus y transformarse en una endemia.

"Afortunadamente no tenemos la mortalidad en la población que al principio. No sabemos si esto va a acabar o va a aparecer otra mutación que sea más leve o sea peor. Hasta que no bajen los contagios generales no veremos bajar la ocupación. Ha sorprendido, nadie esperaba esta ola y tan bestia", manifiesta el especialista de Huesca, quien advierte sobre los daños colaterales en la lista de espera quirúrgica y problemas en la detección de enfermedades debidos a la saturación de la Atención Primaria.

Critica la falta de capacidad de reacción de la administración sanitaria. “Llevamos casi dos años y el Salud piensa que esto se va a pasar, se va a pasar, se va a pasar, y no hace nada más. Ya habría que plantearse que el covid va a seguir existiendo, aunque a lo mejor luego no vaya en olas”, dice. En su opinión, el sistema sanitario ya tenía el personal justo y cuando surgió la pandemia todo se desbarató. “Mucha gente ya está harta, no quiere trabajar en estas condiciones y se borra de las bolsas. Las bolsas está vacías, no hay enfermeras”, asegura.  

El envejecimiento de los facultativos y la fuga de médicos jóvenes a otras comunidades autónomas, "porque no se les incentiva", complican aún más la situación. De los siete médicos de la uci de Huesca, solo cinco hacen guardias, al tener los otros más de 55 años, es decir, uno de cada cinco días, y eso contando con que no haya bajas. Ante la carga de trabajo, las tardes, de las 15.00 a las 20.00, se refuerzan con otro. "Después del hospital de Teruel, somo los que peor estamos", concluye Carlos Serón. 

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