Juan Rodrigo: "En cualquier lugar del mundo hay un voluntario de Cruz Roja"

Es médico y presidente de Cruz Roja en la provincia de Huesca, donde se está celebrando con diversos actos el 125 aniversario de la presencia de la institución.

Juan Rodrigo, en su despacho de la sede de Cruz Roja en Huesca.
Juan Rodrigo, en su despacho de la sede de Cruz Roja en Huesca.
Rafael Gobantes

Hace 125 años que la Cruz Roja se implantó en Huesca. La asamblea provincial ha organizado exposiciones, conferencias y visitas institucionales, entre otros actos, para conmemorar este aniversario. La efeméride coincide con una etapa de intensa actividad para los voluntarios altoaragoneses y su presidente, Juan Rodrigo, reconoce el trabajo y la ayuda prestada por todos y cada uno de ellos, de los que él es uno mas.   

La pandemia, el desbordamiento del Ebro... ¿Recuerda algún momento tan convulso para la institución en la provincia?

El más intenso que recuerdo fue la inundación de Biescas. Se activó a la Cruz Roja de toda España. A partir de ahí se diseñó el apoyo psicológico, que Henry Dunant, con su grupo de voluntarios ya prestó a los heridos en la batalla de Solferino (1859) porque tan importante como la asistencia sanitaria es el amparo al doliente en una situación de estrés. Supuso un revulsivo.

Como Biescas, ¿la pandemia ha supuesto un antes y un después en la Cruz Roja de Huesca?

En la de Huesca y en la de todo el mundo. La pandemia es una de las situaciones sanitarias más brutales que hemos tenido en los últimos 100 años, y todavía no ha acabado. Había que llevar a gente a los hospitales, a los centros covid... Ni sanitarios ni voluntarios estaban acostumbrados a trabajar con equipos de protección, difíciles de poner y quitar... Las actividades con las personas mayores tuvieron que suspenderse, pero no las podíamos dejar solas en casa. Se creó, a través del teléfono, una red para tener una comunicación directa con ellas porque eran las que más sufrían y temían la covid. Lo mismo pasó con el apoyo escolar, los niños que lo necesitaban se quedaron sin ayuda y les tuvimos que llevar tablets para seguir en contacto.

En estos 125 años de historia de CR en Huesca ¿qué ha cambiado y qué se mantiene?

Se mantiene el espíritu de la Cruz Roja, el voluntariado, la unidad, la humanidad… Son principios que existen desde que Dunant creó la creó, en 1863. Por lo demás, la institución ha ido cambiado con la sociedad. Nos vamos adaptando a lo que se necesita pero en un momento dado hay una inundación y los voluntarios están allí.

¿Por qué se hace alguien voluntario de Cruz Roja?

A la institución se llega por diversos caminos. Durante el confinamiento, mucha gente vio la necesidad de hacer algo y se acercó a Cruz Roja, Cáritas o Cruz Blanca Todavía mucha gente que vincula esta colaboración con el conducir una ambulancia, pero nuestras actividades son múltiples. Y durante el confinamiento nos reformulamos. Llevar comida a las casa, pasear a las mascotas.. Algo que desde fuera parece muy simple pero que era muy angustioso para las personas que tenían un animal y no podían salir de su casa. Para cualquier necesidad por pequeña que sea, ahí estamos.

¿Cómo está el respaldo social en la provincia?

En socios, doblamos la media nacional de colaboración, con cerca de 15.000. Creo que en una provincia como Huesca, la labor de Cruz Roja en el día a día se ve más que en las ciudades grandes. Ese sentimiento de sociedad se vive más, y la gente colabora o con su tiempo o con su dinero.

Pakistán, Chile, Canarias.. ¿Cuánto de médico y cuánto de voluntario hay en sus acciones?

Fui voluntario antes de empezar a estudiar Medicina. De Cruz Roja Juventud, en Valencia, pasé al departamento de formación, a la vez que estudiaba. Ambas actividades, a veces van juntas, pero a ayudar tras un terremoto no solo pueden ir los médicos porque para que esa unidad sanitaria funcione tiene que haber voluntarios electricistas, fontaneros...

Seguro que son muchas, pero ¿Qué experiencia le ha marcado más?

El terremoto de Pakistán (sin dudarlo) porque no es lo mismo atender a un herido en una carrera o en un festival que llegar a una ciudad de 90.000 habitantes que está arrasada y ver que eres el único que puedes hacer algo y que ese algo, arreglar una tienda o poner una tirita, es importante.

Dunant ¿estaría hoy orgulloso de lo que es hoy Cruz Roja?

Lo que vio es que cualquier ciudadano podía ayudar a otro con lo que tenía. Cruz Roja está en 192 países. Desde que sale el sol hasta que se pone, en cualquier lugar del mundo hay un voluntario haciendo algo por otra persona. Ese es el compromiso que él creo y sí, estaría orgulloso del millón de voluntarios que hay en el mundo en este momento. 

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