Escuelas rurales: profesores que te llaman por tu cumpleaños y con clases "a la carta"

El colegio de la localidad monegrina de Montesusín es uno de los más pequeños de la provincia de Huesca con solo cinco alumnos, lo que permite a los docentes prestarles una atención más personalizada. 

Nano Gracia y Belén Gómez dando la bienvenida a los alumnos en el colegio de Montesusín.
Nano Gracia y Belén Gómez dando la bienvenida a los alumnos en el colegio de Montesusín.
Patricia Puértolas

El colegio de Montesusín, que forma parte del CRA La Sabina, es uno de los más pequeños de la provincia de Huesca. Solo suma cinco alumnos: Carlos, Guillermo, Jara, Lorenzo y Alexandro. Todos ellos viven en este pequeño pueblo de colonización de Los Monegros, que fue creado a finales de los años 50 y que sufre del mal de la despoblación.

La cifra de niños matriculados se ha mantenido sin cambios durante los tres últimos años, que son los mismos que lleva en este colegio rural agrupado uno de sus 17 profesores, Nano Gracia, el encargado este miércoles de dar la bienvenida a los alumnos a un nuevo curso. También saludó a las familias y presentó a la nueva tutora, Belén Gómez. Fue un arranque tranquilo y ameno, en el que los chavales se estrenaron con un juego que buscaba ayudar a la nueva docente a romper el hielo y saber más de sus alumnos. Tan solo ella reconoció vivir esta primera jornada "con algunos nervios". El resto se sintieron como en casa. Y es que "somos como una pequeña familia", señaló Gracia, que mantiene un alto grado de complicidad con sus alumnos. 

De hecho, basta decir que llama a cada uno de ellos el día de su cumpleaños. En pleno agosto, Carlos, de 8 años, fue el último en recibir su felicitación. "Al ser un grupo tan reducido, tenemos la suerte de poder dedicar más tiempo a cada alumno e involucrarte en su día a día. La relación es muy cercana", valora Gracia, que tiene el don de dar la vuelta a las dificultades derivadas de la escasez de escolares. 

Nano Gracia y Belén Gómez, en clase con los cinco alumnos en el colegio de Montesusín.
Nano Gracia y Belén Gómez, en clase con los cinco alumnos en el colegio de Montesusín.
Patricia Puértolas

Por ejemplo, transforma en virtud el hecho de que cada uno pertenezca a un nivel educativo diferente. De los cinco alumnos, solo dos tienen la misma edad, Carlos y Lorenzo. Guillermo tiene 11 años, Alexandro, 10, y Jara, 9. "Al pertenecer cada uno a un curso distinto, son conscientes de que deben esperar su turno y por lo tanto, suelen ser niños más pacientes. Además, puedes darles a los más mayores el rol de tutores de los más pequeños, lo que permite trabajar competencias tan importantes como la responsabilidad, el compañerismo o la solidaridad, es decir, valores que cuesta más enfocar en una clase ordinaria", explica. "Además, al conocer sus gustos y aficiones, puedes preparar clases a la carta, que despierten su interés y que les enganchen", añade.

Alentada por esa visión, y más allá de los nervios iniciales, Belén Gómez aseguró estrenarse en una aula rural con el deseo de involucrarse en el desarrollo de cada niño. "Quiero estar aquí para ellos y que sientan que pueden contar conmigo. Tengo muchas ganas de comenzar el curso y de formar parte de su día a día", señaló la docente.

Los cinco alumnos del colegio de Montesusín, jugando en el patio.
Los cinco alumnos del colegio de Montesusín, jugando en el patio.
Patricia Puértolas

Al otro lado de la valla, las familias también son conscientes de la atención personalizada que reciben los niños así como de las ventajas de pertenecer a un colegio rural agrupado. En concreto, el CRA La Sabina suma 76 alumnos repartidos en cuatro localidades. Asimismo, en tiempos de pandemia, valoran la tranquilidad que ofrece un grupo más reducido así como la posibilidad de disfrutar de espacios más amplios. No obstante, destaca también las dificultades que existen para formar grupos a la hora de disponer de alguna actividad extraescolar, lo que les obliga a coger el coche y desplazarse a otra localidad. Y, ante todo, son muy conscientes de que la escasez de alumnos es un síntoma claro de la temida despoblación. A corto plazo, el colegio se mantendrá. Guillermo, de 11 años, saldrá al instituto el próximo año, pero entrará una nueva alumna. A largo plazo, será más complicado, ya que apenas ha habido nuevos nacimientos.

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