Crece el número de municipios de Huesca que se protegen ante las granjas intensivas

El número de municipios que prohíbe la instalación de nuevas granjas de producción intensiva o limita su capacidad y la distancia hasta las poblaciones continúa creciendo. Las modificaciones aisladas de los planes urbanísticos (PGOU) se revelan como la herramienta más eficaz para ordenar la ubicación de estas infraestructuras pecuarias, que siguen proliferando en la provincia de Huesca.

Ayuntamientos como Santa Cilia, la Canal de Berdún o Boltaña fijaron hace años las normas para impedir las macrogranjas, tanto porcinas como avícolas, cerca de los núcleos habitados. A estos les siguieron El Pueyo de Araguás, Aínsa y Sabiñánigo, que empezaron a tramitar los cambios en sus PGOU en 2019.

Loporzano mantiene su moratoria y tiene pendiente las correcciones en su documento urbanística. Siétamo, que hace 14 meses paralizó la concesión de nuevas licencias por la escasez de agua debido a la falta de capacidad de los depósitos, aprobó en diciembre de 2020 la modificación del PGOU, cuya evaluación ambiental ha finalizado el periodo de exposición pública en el Inaga.

La nueva planificación obedece al interés en proteger la masa de agua subterránea Saso de Alcanadre, que se recarga con agua de lluvia y los retornos del riego. En este entorno quedará prohibido implantar nuevas granjas o ampliar las existentes, que quedarán fuera de ordenación.

Además, con carácter general se establece que no podrán instalarse nuevas explotaciones en un radio inferior a 1.000 metros de cada núcleo del municipio y a menos de 500 m de fuentes y manantiales. Las ya existentes que incumplan estas distancias también quedarán fuera de ordenación y no podrán ampliarse.

Cuando el Ayuntamiento de Siétamo paralizó las nuevas licencias tenía sobre la mesa seis proyectos para crear o aumentar la capacidad de granjas. El PGOU clasifica la mayor parte del territorio municipal como suelo donde se permite, con carácter general, la ubicación de explotaciones ganaderas sin más límites que los de normativa sectorial vigente. Esta circunstancia ha permitido la existencia de numerosas instalaciones, que se aglutinan en la zona del Saso del Alcanadre.

Hace cuatro años que Sanidad declaró como agua no apta para el consumo la de manantiales y fuentes de Siétamo por sus "altos valores en bacterias de origen fecal". La red de abastecimiento se quedó sin el apoyo que, de forma puntual, podía suponer alguna de las siete fuentes. La de Vadiello es la única captación de la que se dispone, a través de una tubería que suministra a varios municipios de la zona. En caso de avería, el depósito local solo puede almacenar agua para un día.

Ribagorza

Ecologistas en Acción Ribagorza ha pedido moratorias para granjas intensivas en Benabarre y Graus. La alcaldesa grausina, Gemma Betorz, señala que el Ayuntamiento está estudiando distintos proyectos pero recuerda que la decisión de considerar una saturación de instalaciones ganaderas "es algo que depende del Inaga y los municipios tenemos poco que decir si no se contraviene la legislación vigente".

El alcalde de Benabarre, Alfredo Sancho, explica que, tras la petición, trasladó un informe de la situación de polución de las aguas denunciada por distintos colectivos a las ADS (Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera) del municipio. "Hemos realizado estudios paralelos y, aunque revelan una cierta contaminación puntual, no son tan alarmistas como los que se dieron a conocer hace unas semanas", apunta.

Sancho reconoce la preocupación existente pero puntualiza que "hasta la fecha" no ha habido "ningún problema" con las granjas en el término municipal y "tampoco hay ahora una presión excesiva con nuevos proyectos".