La DGA reforzó la plantilla de la residencia Sagrada Familia a raíz del brote

La escasez de profesionales de enfermería en Aragón obligó a pedir a los trabajadores que doblaran turnos.

Efectivos de la UME realizaron el martes la desinfección de la residencia Sagrada Familia de Huesca
Efectivos de la UME realizaron el martes la desinfección de la residencia Sagrada Familia de Huesca
UME

El departamento de Ciudadanía ha asegurado que reforzó la plantilla de la residencia Sagrada Familia de Huesca cuando se vio afectada por un brote detectado a finales de noviembre, en respuesta a las quejas del colectivo de enfermería de este centro dependiente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). En estos momentos, a los seis enfermeros que están trabajando (de un total de ocho) se han unido cuatro más de otros servicios del IASS para apoyar al equipo, mermado por las bajas. 

Estos trabajadores atienden a 59 residentes, y no a al más de un centenar que hay habitualmente, debido a las derivaciones realizadas desde que se declaró el brote. Según ha explicado la consejería, se tuvo constancia el 27 de noviembre por la tarde por una prueba de antígenos, el 30 se realizaron PCR al conjunto de residentes y el 1 de diciembre a los trabajadores. Las derivaciones comenzaron el día 28 para rebajar la carga vírica y asistencial del centro. 

"La escasez de profesionales de enfermería en Aragón motivó que durante cuatro días se pidiera a la plantilla que, de forma voluntaria y con los mecanismos de compensación reglamentarios, doblara turnos para hacer frente a la excepcional situación provocada por el brote, en el contexto de la pandemia", ha argumentado el departamento de Ciudadanía. Además, durante los días más complicados, tres auxiliares reforzaron la plantilla que, de forma habitual, cuenta con un médico. "Los residentes están correctamente atendidos y sus familias informadas", ha concluido. 

El colectivo de enfermeras de la residencia pública Sagrada Familia denunció esta semana la "gravísima situación" que viven desde que apareció el primer positivo por coronavirus en el centro el pasado 27 de noviembre y que se extendió a una veintena de internos. Aseguraron estar "agotadas" y sentirse "abandonadas" por la Administración ante la falta de refuerzos. "Estos no son los cuidados que se merecen nuestros residentes", criticaron.

Según las enfermeras, antes de detectarse ese primer caso ya habían solicitado varias veces a Salud Pública que hicieran pruebas a los residentes ya que había algunos trabajadores infectados por covid-19 "pero no fue considerada nuestra petición", manifestaron en un comunicado. Un temor que confirmaron el día 27 y ante el que no se actuó con la rapidez debida, aseguran, ya que hasta tres días después no se realizaron las PCR a todos los residentes para determinar los positivos.

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