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El valle de Ordesa alcanza por primera vez este verano el cupo máximo de 1.800 visitantes simultáneos

El Parque Nacional elaborará un plan para mejorar la movilidad y otro de autoprotección para dar respuesta a cualquier tipo de emergencia. 

Imagen de la fila de visitantes del martes esperando a subirse al autobús que les llevaba a la pradera de Ordesa.
Imagen de la fila de visitantes del martes esperando a subirse al autobús que les llevaba a la pradera de Ordesa desde Torla.
E. V.

El valle de Ordesa, destino estrella del Parque Nacional, ha alcanzado por primera vez en lo que va de verano el cupo máximo de 1.800 visitantes simultáneos. Fue el pasado martes, sobre las 12.30, aunque no fue necesario suspender el servicio de autobusespuesto en marcha desde el pasado 10 de julio para poder acceder a la pradera– ya que a partir de esa hora ya se empezaron a equilibrar las subidas y bajadas, como explicó la directora, Elena Villagrasa.

Precisamente, mejorar los accesos para conseguir desestacionalizar el valle de Ordesa y que los visitantes se repartan por los otros tres sectores (Añisclo, Pineta y Escuaín) es uno de los objetivos del plan de movilidad que va a elaborar el Parque Nacional, junto a otro de autoprotección.

El departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ha sacado ya a licitación los dos contratos por un importe de más de 30.000 euros -cofinanciados con fondos europeos Feder y del Ministerio para la Transición Ecológica– para hacer una diagnosis inicial. Las adjudicatarias tendrán cuatro meses para presentar ambos documentos, que servirá de base para redactar los planes definitivos en 2021.

Como explican las memorias redactadas por Francisco Villaespesa, jefe del equipo de conservación, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido recibe unos 600.000 visitantes al año, la mayoría en verano, por lo que se hace "imprescindible" contar, en primer lugar, con un adecuado plan de autoprotección que pueda dar respuesta a cualquier tipo de emergencia que se produzca.

Su ámbito de actuación incluirá el propio Parque y su zona periférica de protección. Entre otras labores, se recogerá información sobre el pastoreo por su implicación con respecto al riesgo frente a incendios forestales y aludes de nieve principalmente; se actualizará el análisis de los procesos naturales activos actualmente en laderas, ríos y canales de aludes; se estudiará la evolución del paisaje vegetal; se revisará el estado de los viales de mayor uso y de las edificaciones como refugios o centros de interpretación; se hará una proyección de los efectos del cambio climático; y se evaluarán los riesgos naturales que pueden afectar a trabajadores y visitantes (incendios, avenidas, aludes...).

Además, el plan de movilidad buscará identificar los periodos y viales de acceso más saturados, los problemas de aparcamiento, la falta de señalización, si hay que aumentar o no la oferta de transporte público (vehículos adaptados, frecuencias, tarifas..); y la problemática asociada a empresas turísticas (rutas 4x4, BTT...).

Equilibrio entre la conservación del entorno y la actividad económica

En este sentido, se deja claro que "una buena gestión de la movilidad debe simultanear el mantenimiento del entorno natural con el impulso de una actividad en el entorno que garantice el poblamiento del territorio", recordando que entre los seis municipios no llegan a 2.000 habitantes.

Con todo ello se daría cumplimiento a los objetivos recogidos en el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, en el Plan Rector de Uso y Gestión del Ordesa y en el Plan Territorial de Protección Civil de Aragón.

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