El granizo daña 500 hectáreas de frutales en el Bajo Cinca

"Hace unas semanas, la cosecha de cereza quedó mermada por las lluvias y ahora toca el pedrisco", dice un afectado.

Una de las explotaciones afectadas en Osso de Cinca.
Una de las explotaciones afectadas en Osso de Cinca.
Heraldo

Alrededor de 500 hectáreas de frutales resultaron dañadas por la tormenta de granizo registrada el pasado miércoles entre los municipios de Osso de Cinca y Belver de Cinca. Las afecciones van del 40 al 80%, dependiendo de las zonas, con fincas muy tocadas, donde la cosecha se da casi por perdida, según indica el responsable del sector de la fruta de UAGA en el Bajo Cinca, Óscar Moret.

Los golpes del granizo son visibles en los frutos, que han quedado acribillados y en algunos casos esparcidos por el suelo, después de que la piedra y el agua los haya arrancado del árbol. El melocotón, paraguayo y nectarina son las variedades más perjudicadas. También hay daños en el albaricoque. "Los afectados han sufrido un duro golpe, ya que la campaña había comenzado con buenos precios y la situación invitaba al optimismo, tras un arranque dubitativo y repleto de dificultades" ante las restricciones por las actuales circunstancias sanitarias, indica Moret.

Antonio López, de Belver de Cinca, es uno de los productores más afectados. El granizo ha arrasado una de sus fincas, de 30 hectáreas, donde calcula una afección del 80%. Tenía previsto iniciar la recolección el próximo lunes, con unas 20 personas, una plantilla que tendrá que reducir a la mitad. "La mayoría de las variedades estaban muy cerca de su punto de maduración y por lo tanto no hay tiempo de que cicatricen. Tendremos que tirarlas al suelo y triturar o en el mejor de los casos recogerlas para zumo, ya que no podemos dejarlas en el árbol porque causarían un daño mayor", explica López. 

Las expectativas eran buenas, con precios al alza, gracias al descenso de la producción. Sin embargo, el balance es "nefasto". "Hace unas semanas, la cosecha de cereza quedó mermada por las lluvias y ahora, nos toca el pedrisco", añade. 

El presidente de la cooperativa de Osso, José Poy, también habla de "desánimo" entre los productores perjudicados, a los que "cada vez les resulta más difícil y gravoso asegurar sus fincas con los criterios actuales". Y esa, tal y como señaló, es su única arma frente a las frecuentes inclemencias del tiempo. De hecho, "ahora mismo solo queda esperar a las peritaciones, que, como suele ser habitual, esperamos que sean justas", concluye Poy.

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