La ministra de Justicia, Dolores Delgado, no fue la única que abandonó el acto de homenaje de la Generalitat de Cataluña a los deportados republicanos españoles víctimas del nazismo, en el campo de exterminio de Mauthausen (Austria), en protesta por la mención a los presos políticos. Junto a ella estaba una delegación de estudiantes y profesores del instituto Ramón y Cajal de Huesca, que decidió respaldar la acción de la ministra.

En total, habían viajado a Mauthausen cuatro centros aragoneses, con 26 alumnos y seis profesores, para participar en la conmemoración de la liberación del campo. La estancia se prolongaba desde el 3 al 6 de mayo y participaban alumnos de otras Comunidades, como Cataluña o Castilla y León, y de otros países.

En protesta por lo que consideraban una utilización política del homenaje a los fallecidos, los estudiantes decidieron abandonar el acto que había organizado la Generalitat (uno de los muchos que tienen lugar allí ese día) y al que también se acercó la ministra, cuando la directora general de Memoria Democrática, de la Consejería de Justicia catalana, Gemma Domènech, habló de los políticos catalanes que están siendo juzgados en el Supremo, delante de la placa colocada hace dos años por el entonces consejero de Exteriores de la Generalitat, Raúl Romeva, actualmente en prisión.

«Es el espíritu contrario a Mauthausen», señaló Rafael Muñoz, un profesor de un instituto de Zaragoza que estaba participando en el homenaje, al periódico El País, mientras que la alumna oscense Elisa Lanau comentaba que «nos parece mal que se aproveche este acto para hablar de política».

La delegación oscense regresaba ayer de su viaje con la idea de que el desencuentro político pasara a un segundo plano y no enmascarara el motivo principal de la visita a Mauthausen, aunque en España todavía resonaban los ecos de la polémica: el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, calificaba de "indecencia intelectual" la referencia a los presos políticos.

La expedición del IES Ramón y Cajal ha sido una iniciativa del departamento de Historia con la intención de dar a conocer uno de los capítulos más dramáticos de la historia reciente de Europa. El viaje se enmarca en el convenio firmado entre la asociación Amical de Mauthausen y el Gobierno de Aragón. Los alumnos realizaron un trabajo previo de investigación y ya en el campo, además de visitarlo, pudieron hablar con familiares de víctimas, lo que les permitió aproximarse a las personas que murieron. Algunas procedían de los pueblos de origen de los jóvenes, como Robres y Peralta de Alcofea.

Además de alumnos del instituto de Huesca, han participado estudiantes y profesores de otros tres centros de Zaragoza, según confirmaron fuentes del departamento de Educación del Gobierno aragonés.