riada en benasque

Así fue la riada de 1963 en Benasque: imágenes inéditas de la catástrofe

Entre los días 2 y 4 de agosto de 1963, el Ésera y los barrancos de Remascaro y el de Molinasos se desbordaron, causando una catástrofe en el valle de Benasque.

Entre los días 2 y 4 de agosto de 1963, el Ésera y los barrancos de Remascaro y el de Molinasos se desbordaron, causando una catástrofe en el valle de Benasque.

Entre los días 2 y 4 de agosto de 1963, el Ésera y los barrancos de Remascaro y el de Molinasos se desbordaron causando una grave inundación que destruyó caminos vecinales carreteras, acequias de riego, dañó casas y bordas, especialmente en la parte sur del pueblo (Suelo de la vila). Se produjo un serio riesgo de inundación especialmente en Anciles. En Cerler, el barranco de Remascaro, arrasó la central eléctrica y la presa. El gobierno de la nación declaró mediante decreto de 10 agosto de 1963 a este municipio como zona catastrófica.

La causa de esta súbita crecida de los ríos tuvo su origen en la confluencia de dos grandes borrascas, una de norte y otra de sur, que ocasionaron unas intensas tormentas que descargaron con gran violencia sobre el Pirineo de Huesca y Lérida, durante la noche del día 3 al 4 de agosto. En el valle de Benasque esta circunstancia hizo que aumentara el caudal del Ésera de forma excepcional, hasta causar su desbordamiento. La fuerza del agua destruyó la carretera de Castejón de Sos a Benasque, lo que obligó a habilitar un camino solo para vehículos particulares, debido al mal estado del piso y lo angosto de los distintos pasos, se prohibió la circulación de camiones y autobuses.

En la villa, la enorme avenida del barranco de Molinasos, que desciendo del macizo de Sinchuldian (2.370 metros) hizo aumentar el caudal del Ésera, anegando el Hotel Aneto y aislando Anciles. Por otra parte, el camino al balneario Baños de Benasque, también quedó impracticable, y dejó incomunicadas a cerca de un centenar de personas que tuvieron que ser trasladadas a lomos de caballerías hasta la villa. Lo mismo sucedió con los refugios de la Renclusa y el Cantal en Estós, donde quedaron aisladas varias personas.

Los días 5 y 6 se repitieron los aguaceros, lo que obligó a abastecer tanto a las poblaciones de Anciles y Cerler, como al Balneario por aire, ante la imposibilidad de hacerlo por carretera. La operación se realizó con aviones del ejército desde Monflorite, (Huesca,) a cuyo mando estaba el teniente coronel Bermúdez de Castro y los oficiales, Arnal y Mata, que realizaron varios vuelos de socorro.

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