20 años de cooperación con Nicaragua desde Monegros

Una exposición muestra el proyecto ayuda al desarrollo de esta ONG en la ciudad de Ocotal, a la que ha destinado durante este tiempo 1,5 millones de euros

Los oscenses pueden conocer más de cerca la labor de la ONG en Centroamérica.
Los oscenses pueden conocer más de cerca la labor de la ONG en Centroamérica.
Pablo Segura

Han pasado ya dos décadas desde que Antonio Brosed, un monegrino de Robres, puso en marcha un humilde proyecto de ayuda al desarrollo en la ciudad de Ocotal, en Nicaragua, y para celebrar este aniversario, la ONG Monegros con Nicaragua ha organizado la exposición retrospectiva ‘20 años cumpliendo sueños’ que se ha inaugurado este martes en el vestíbulo del Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca. Estará abierta hasta el próximo 22 de enero y hace balance de la labor de cooperación de esta pequeña entidad que, gracias al trabajo de sus voluntarios, ha conseguido destinar 1,5 millones de euros en ayudas para intentar mejorar la calidad de vida de niños, jóvenes, mujeres y ancianos, principalmente.

Todo ello para paliar en lo posible la crítica situación en que se quedaron todos ellos tras la tragedia del huracán Mitch ocurrida en 1998 y que se cobró la vida de 3.800 personas y dejó a otras 800.000 sin hogar en todo el país. En estos 20 años, la ONG ha logrado poner en marcha diversos proyectos. Comenzó apoyando un centro de educación infantil para niños y niñas de hasta cinco años y en este momento gestiona dos y colabora con otros dos. También ha construido una casa de cultura que dispone de biblioteca, sala de estudio, telecentro y que ofrece cursos de costura; un centro de salud que da servicio a más de 4.600 habitantes de la zona sur de Ocotal; un centro de día que sirve un almuerzo y una comida diarias a unas 70 ancianos que, además, disponen de consulta médica, lavandería, terapia muscular…; y una finca de 1,5 hectáreas donde se plantan hortalizas y crían cerdos, pollos y conejos para complementar la alimentación de los usuarios de los distintos centros que atienden.

Además, en estos 20 años también han intentado dar respuesta a necesidades puntuales de otros colectivos como un taller de formación profesional para jóvenes discapacitados, la compra de 20 sillas de ruedas y 250 audífonos, la reconstrucción de 60 viviendas y la prestación de ayudas para cursar carreras universitarias como Medicina o Ingeniería Agrónoma o para la compra de medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer.

Todos estos proyectos y ayudas han sido financiados gracias a la colaboración de particulares, empresas e instituciones aragonesas y especialmente de la provincia de Huesca. Alrededor de la mitad de esos 1,5 millones han llegado de su programa de apadrinamientos, en el que han participaron un total de 411 personas, aunque en los últimos años la media se sitúa en unas 300.

Cada padrino o madrina paga una cuota de 18 euros al mes, de los cuales la mitad se entregan directamente a la familia del niño o niña beneficiado con un bono para poder comprar comida y material escolar en pulperías (tiendas) que ya tienen establecidas para fomentar el comercio local. Y la otra mitad va destinada a sufragar los costes de los diferentes proyectos. Cualquier persona interesada en apadrinar puede poner en contacto con los responsables de la ONG: Antonio Brosed, Rubén Darío Núñez o Carmen Jerez.

El otro 50% del dinero recaudado procede, en su mayor parte, de instituciones como la Diputación Provincial de Huesca, el Gobierno de Aragón, la Comarca de Los Monegros, el Obispado de Huesca y los Ayuntamientos de Huesca, Monzón, Sabiñánigo, Sariñena o Robres. Brosed, el ‘alma pater’ de este proyecto, ha destacado que “jamés pude pensar en 1998 que habría trabajado tanto tiempo en esta iniciativa y que gozase de tan buena salud”.

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