Los más pequeños de Monzón han tomado esta tarde la plaza Mayor para asistir a una de sus tradiciones más inmemoriales, el Bautismo del Alcalde, fiesta declarada de interés turístico regional y cuyas raíces se entroncan en unos hechos acaecidos a mitad del siglo XVII.

Fue durante la Guerra de Secesión cuando la villa fue tomada por el ejército franco catalán. Las tropas conmandadas por el duque de Silva, bajo la bandera de Felipe IV, consiguieron liberar Monzón para la Corona española el 4 de diciembre de 1643. Desde entonces, Santa Bárbara es la patrona de los montisonenses y en torno a ella se articulan las fiestas menores de la ciudad. Unos festejos que tienen en el Bautismo del Alcalde su acto más significativo. Cuenta la historia que al quedar sin prácticamente hombres la ciudad tras la guerra, hubo que elegir a un alcalde. Se escogió a un buen hombre pero de sangre morisca, por lo que antes de tomar posesión como primer edil tuvo que ser bautizado. Y tras recibir el sacramento lanzó desde los balcones del Ayuntamiento castañas y monedas a los presentes, que hoy en día se sustituyen por dulces y monedas de chocolate.

Los niños se apostaron en la plaza Mayor a la espera de recibir los dulces lanzados por las Zagalas, el Zagal y las Zagaletas y Zagaletes de 2018, una vez que se representó esta escena por los grupos Trotamundos e Ixordadors.

Después los miembros de la Corporación entregaron los álbumes a los representantes de los barrios y de los colegios durante las fiestas.

El grupo Xip Xap se encargó de la animación mientras se repartía chocolate y magdalenas en la plaza.

Mientras que en el Ayuntamiento seguían los actos protocolarios, como la firma en el libro de Honor de Pedro Ginés Esteo, Campeón del Mundo de Ajedrez categoría sub 14, ajedrecista zaragozano que milita en el club local Jaime Casas

Y después, el propio Pedro Ginés se encargó de encender las luces de la Navidad que iluminan todo Monzón.

El broche llegaba con el disparo de fuegos artificiales.