Encuentran un dolmen de hace 5.000 años en Santa Elena

El megalito se encuentra igual que hace 85 años, fecha de las últimas referencias que se tenían de él.

Descrubrimiento del dolmen en Biescas.
Descrubrimiento del dolmen en Biescas.
Laura Zamboraín

La ermita de Santa Elena, en Biescas, cuenta desde este lunes con un nuevo atractivo, un nuevo dolmen del neolítico, situado a tan sólo 50 metros del ya existente. Los dos datan de hace unos 5.000 años. Hasta este lunes sólo existía uno, y el otro, aunque se tenía constancia por material gráfico, se había dado por perdido. Pero la perseverancia de un operario del Ayuntamiento de Biescas y actual presidente de la asociación cultural Erata, Antonio Lalaguna, ha permitido que aparezca. La historia de este descubrimiento viene de lejos, y aunque en la mañana de este lunes, cuando la máquina ha comenzado a retirar el montón de escombros que existía sobre el monumento megalítico, existía algo de escepticismo, enseguida ha llegado la alegría al descubrir que el dolmen se encuentra igual que hace 85 años, fecha de las últimas referencias que se tenían de él.

En 1933 en esa zona de Santa Elena se encontraron dos dólmenes, excavados por Joaquín Almagro y el doctor Herráinz, un médico de Biescas. Pero tras la guerra se perdieron. En 1975 el Ayuntamiento de Biescas reconstruyó uno, el que se conocía hasta ahora “y todo el mundo conoce, pero el otro se dio por desaparecido”, explica José Miguel Navarro, operario del consistorio pelaire. Pero “siempre quedó el ‘run run’ de si estaba el dolmen”, añade, hasta que Lalaguna dio con la clave.

Cuando se reconstruyó el zoque de Santa Engracia (una capilla), que se encuentra junto al dolmen conocido hasta el momento, “vinieron las personas mayores de Biescas para reconstruirlo tal y como estaba antiguamente, y uno de ellos, Fernando Balatech nos dijo que el segundo dolmen estaba detrás del zoque”. Así que se empezó a buscar documentación, se encontraron unas fotografías, y hace unos 5 años se hizo un primer intento de búsqueda, que resultó negativo al no encontrarlo, “así que lo dimos por perdido”.

Pero este verano, Lalaguna encontró unas fotografías en el archivo Dara del Gobierno de Aragón, de José Galiay, en las que salía este dolmen desparecido justo al lado del zoque, “con lo que teníamos una referencia cercana y precisa”. Subieron al lugar con la fotografía, lo comprobaron, lo estudiaron con Patrimonio, consultaron al Ayuntamiento de Biescas y se decidió volver a buscar. Y esta vez sí que se ha encontrado. Una máquina ha comenzado a primera hora de este lunes a quitar los escombros, piedras y tierra donde se suponía que estaba la construcción megalítica, y en seguida ha aparecido tal y como estaba en 1.933. De hecho, un trozo de piedra sobresalía al exterior, pero hasta este lunes, se desconocía que podía ser el tan buscado dolmen. La alegría ha sido inmensa en el grupo de trabajo, formado por Navarro, Lalaguna, dos operarios más del consistorio pelaire y un arqueólogo del departamento de Patrimonio del Gobierno de Aragón.

No obstante, “éramos un poco escépticos, porque como una cantera aquí al lado, pensábamos que a lo mejor lo podían haber arrastrado con maquinaria, ese era nuestro temor, pero ha salido igual”, ha asegurado Lalaguna.

Así que la ermita de Santa Elena cuenta desde este lunes con un nuevo atractivo. “No se encuentra un megalito todos los días, y menos en un sitio tan accesible como este, porque la mayoría de los monumentos de este tipo están en zonas muy alejadas e inaccesibles”, subraya Navarro. Con la existencia de dos dólmenes se deduce, que en este lugar o cerca, existía una de las primeras poblaciones sedentarias que se asentaban en ese valle, y que enterraban a sus muertos con este tipo de construcciones. Precisamente en este lugar se encontraron cuentas de collar hechas con dientes de ciervo, una punta de flecha y trocitos de cerámica “pero se perdió todo”, concluye Navarro.

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