Las setas de un furtivo que mejor saben

El Ayuntamiento de Tella-Sin ha donado a una residencia de mayores el valor de los hongos requisados a un recolector sin autorización.

El alcalde de Tella-Sin, Feliciano Sesé, junto al acceso a una pista.
El alcalde de Tella-Sin, Feliciano Sesé, junto al acceso a una pista.
Heraldo

Los usuarios de la residencia de mayores de La Solana, en Aínsa, no podían imaginar que la acción de un recolector furtivo de setas les iba a repercutir de manera positiva. La denuncia, a mediados de junio, a una persona que fue sorprendida portando ocho kilos de una variedad conocida como ‘mojardones’ o ‘perrechicos’ planteó el interrogante de qué hacer con los hongos. Y ante el miedo a que pudiesen estar en mal estado o ser venenosos, se tasaron y el Ayuntamiento de Tella-Sin donó el dinero obtenido a este centro.

La Guardia Civil de Bielsa denunció a esta persona procedente de Guipúzcoa en una zona de aprovechamiento micológico en los montes de Tella-Sin. Llevaba en una cesta de mimbre un tipo de seta muy apreciada para cocinar y por cuyos primeros ejemplares de la temporada se llegan a pagar hasta 100 euros por kilo en el mercado. Se trata de una infracción grave castigada con multas de entre 1.000 y 100.000 euros.

El alcalde de Tella-Sin, Feliciano Sesé, habló entonces con los agentes y optó por llevar las setas a una empresa del Sobrarbe que las comercializa. Esta las compró y el dinero se dedicará a una buena causa. Al no tratarse de las primeras, su precio ha bajado a los 80 euros aproximadamente. Sesé lo considera “un buen pellizco”. Y no es la primera vez que actúa de manera similar; hace unos años, antes de ser alcalde, repartió cerca de 12 kilos de hongos requisados a furtivos para su consumo directo.

La situación sirve a Sesé para recordar que en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se requiere autorización para recoger setas. “Ya se ha localizado a furtivos antes. Solo pueden cogerlas los vecinos en su término municipal correspondiente y un máximo de dos kilos”, recuerda. Los ‘mojardones’ o ‘perrechicos’ son setas tempranas, que brotan en los meses de primavera, entre abril y mayo, gracias a la humedad y el calor.

Otro de los comportamientos censurables que ha observado Sesé reside en que algunos furtivos emplean bolsas de plástico para recoger los hongos. Mal hecho: “Hay que cogerlas en cestas de mimbre porque van soltando esporas y esto permite que nazcan nuevos ejemplares en el monte, de ahí que haya que evitar contenedores cerrados”. Las autorizaciones para foráneos se pueden recoger en los ayuntamientos. En Tella-Sin cuestan 6 euros por cada jornada con un límite de cuatro kilos.

En el acceso a las pistas se ubican máquinas expendedoras de billetes al paso de los vehículos, y se han de abonar 3 euros para acceder. “En las entradas de los caminos está indicada la prohibición con el número de aprovechamiento de cada ayuntamiento. La gente puede decir que no ha visto las señales, pero están claras”, recalca el alcalde, que quiere velar "por que las setas se disfruten cumpliendo la normativa, pues la gente usa rastrillos y las arranca”.

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