“Es un día importante para Huesca”. Lo ha dicho Joaquín López, un zaragozano esta tarde ha preferido dejar su ciudad para apoyar la primera cita de la capital oscense con el Día del Orgullo LGTB. Unas 500 personas han seguido la manifestación que ha recorrido las calles más céntricas de la ciudad en un ambiente de ilusión, desinhibición y fiesta para reivindicar la igualdad real y la integración de todos los colectivos con independencia de su orientación sexual.

La marcha ha partido unos minutos después de las 20.00 de la plaza de Navarra. La pancarta principal exhibía el lema “Transformando Huesca con orgullo”; en otras más pequeñas, mensajes como “Mi cuerpo mis normas” o con más sentido del humor: “Soy la oveja arcoiris de mi familia”. Hombres y mujeres, con muchos jóvenes en las primeras filas de la manifestación, han partido al grito de “No desfilamos, nos manifestamos”.

El trazado ha comprendido las calles Berenguer, San Orencio, San Lorenzo, Coso Bajo, Villahermosa, plaza Luis López Allué, calle Moya, Coso Alto, Porches de Galicia y de nuevo la plaza de Navarra. Antes se han realizado actividades lúdicas junto al Casino y se ha concluido con la lectura de un manifiesto a la entrada de este mismo espacio. En su lectura, la Coordinadora 28 J ha puesto especial atención en los transexuales, “que se siguen considerando una patología de género y son las personas más vulnerables de nuestro colectivo”.

Loren González, uno de los organizadores, ha celebrado “que haya sido todo un éxito desde antes de empezar y con la calidad de los asistentes por encima de la cantidad. Nos daba igual que viniesen tres personas o tres millones, el anhelo de visibilizar el mundo LGTB en Huesca era una prioridad y la hemos alcanzado con creces”.