Hace menos de un año, concretamente el 16 de julio de 2017, falleció otro deportista que hacia salto base en la provincia de Huesca. El accidente le costó la vida a un madrileño de 55 años y ocurrió en el desfiladero de Montrebei. Entonces se apuntó como posible causa un giro de 180 grados del paracaídas que provocó que se golpeara contra la pared precipitándose finalmente contra el suelo.

El salto base es una modalidad del paracaidismo en la que se salta de una posición fija. En algunos casos se hace utilizando un paracaídas y en otros con un traje que incorpora membranas a modo de alas. El saltador toma impulso y se arroja al vacío planeando, alejándose de la pared. Está considerada una de las especialidades más extremas dentro de los deportes de riesgo.

El Alto Aragón ofrece muchos escenarios ideales para la práctica de esta modalidad. Según la última Guía de Salto Base de España, hay una treintena de zonas catalogadas, especialmente en la sierra de Guara, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y los Mallos de Riglos, pero también en otros municipios como Aínsa, Ansó, Ballobar, Castejón de Sos, Valle de Hecho o Jaca, además de Murillo de Gállego. La Asociación Española de Salto Base recoge Punta Calva en su guía de lugares desde donde se puede realizar esta disciplina.

‘BASE ’ es un acrónimo de las siglas en inglés que identifican las cuatro categorías de objetos fijos de donde se puede saltar: ‘Building’ (edificio); ‘Antenna’ (chimeneas o torres de tendido eléctrico); ‘Span’ (puente); y ‘Earth’ (precipicio o formación natural). Esta especialidad se ha cobrado muchas vidas los últimos años, entre ellas la del aventurero y presentador Álvaro Bultó en agosto de 2013 en los Alpes suizos; y la del cocinero Darío Barrio al año siguiente en Jaén.