El borrador de un plan de protección prohíbe la escalada y el esquí en los glaciares

El borrador de un plan de protección de los glaciares del Pirineo promovido por el Gobierno de Aragón propone prohibir "la escalada, el esquí de travesía y las pruebas deportivas de cualquier tipo en las crestas y cuerpo de los glaciares", una limitación que ha sido inmediatamente contestada por los montañeros, ya que impediría el acceso a algunas de las cumbres míticas del Pirineo (es paso obligado), entre ellas el Aneto.

El departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad ha reconocido que se trató de "un error" que se ha colado en el futuro Plan rector de Uso y Gestión de los Monumentos Naturales de los Glaciares. Fuentes del mismo aseguraron que en la próxima reunión del patronato de este espacio protegido, prevista para los meses de mayo o junio, se planteará la modificación.

En este caso se habla de un error, pero la consejería ya tuvo que dar marcha atrás a otro plan de protección, el de la rana pirenaica, ante las críticas que provocó, incluso por parte de organizaciones ecologistas, ya que amenazaba la actividad turística del barranquismo en casi todo el Pirineo al prohibir su práctica entre los meses de febrero y julio, para proteger al anfibio.

En el caso de los glaciares fue el presidente del patronato, Fernando Lampre, representante de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), quien alertó de la prohibición, recogida en el capítulo de regulación normativa. Lampre cree que es "un absurdo" porque "hundiría la economía de montaña" de muchos valles, ya que los glaciares se reparten por los macizos de Posets, la Maladeta o Monte Perdido y se atraviesan camino de las cumbres de 3.000 metros. "Lo hemos tenido que detectar, y alertar de la situación", señala.

En un escrito enviado a la DGA comentó que la limitación para escalar o esquiar en los glaciares solo puede ser "un error de transcripción" o "un despropósito", opinión que comparten otros estamentos sociales y turísticos, teniendo en cuenta que los macizos que albergan los últimos glaciares son "además de un objetivo ineludible de protección y conservación, un objetivo deportivo de primerísima magnitud". El vigente plan de 2002 permite "el ejercicio libre de la escalada, el excursionismo, el esquí de travesía y la espeleología".

No es el único punto polémico. El borrador del futuro PRUG restringe la acampada de alta montaña a las zonas periféricas y no la permite en los glaciares. La Federación Aragonesa también ha contestado, ya que considera que esto impide actividades de alto nivel a 3.000 metros e incluso compromete la seguridad de los montañeros o alpinistas en sus ascensiones. Plantea como alternativa que tanto en las masas de hielo como en su entorno solo esté permitida la pernocta bajo las modalidades de vivac y acampada nocturna.

El borrador se remitió internamente a los miembros del patronato para pulsar su opinión antes de salir a información pública. El documento ya reconoce que pese a las medidas planteadas para evitar el deterioro y la pérdida de superficie de los glaciares, el retroceso está "mayoritariamente influido por las alteraciones climáticas", no por los usos humanos. Las posibilidades de actuar para su conservación son "muy limitadas", señala. En 1980, las masas de hielo ocupaban 641 hectáreas, reducidas a 160 en 2012. El glaciar de Coronas ha pasado a ser un helero, el del Balaitus (con 23 hectáreas hace 38 años) ha desaparecido y el de la Maladeta se ha partido en dos.

La prohibición se trató en una reunión de representantes de la FAM en patronatos de espacios protegidos, donde plantearon que la DGA debería entregarles la documentación con más tiempo para analizarla en profundidad, "porque nosotros no tenemos detrás una estructura administrativa". A veces la reciben con solo unos días de antelación.