50 kilómetros de carretera sin señalización en pleno Pirineo oscense

Los vecinos de La Guarguera se movilizan para pedir la mejora de su única carretera, la A-1604, de 52 kilómetros, que atraviesa una de las zonas más despobladas de Aragón.

Andada reivindicativa 'Por una Guarguera viva'
Andada reivindicativa 'Por una Guarguera viva'
Karlota Albás

La carretera autonómica A-1604, de 52 kilómetros, atraviesa una de las zonas más despobladas de la Comunidad (La Guarguera), y fruto de esa despoblación es también su abandono. A lo largo de su trazado por las comarcas del Alto Gállego y el Sobrarbe -discurre paralela al río Guarga desde el desvío de la N-330 anterior a Monrepós hasta Boltañaapenas hay señalización vertical que informe de la peligrosidad de este tramo lleno de curvas ni tampoco límites de velocidad o carteles que adviertan de la posible presencia de animales. Además, según detallan quienes transitan a diario por ella, los desprendimientos son frecuentes en algunos tramos, la maleza invade las cunetas y el mal estado del firme así como la falta de arcenes dificulta a menudo el paso de vehículos.

"Si te cruzas con un camión y te tienes que salir de la calzada, o te vas contra un pino o una roca, o no quedan escapatorias posibles. Los que somos de la zona vamos con cuidado, pero el que no la conoce cuando la toma no sabe lo que se va a encontrar porque hay tramos de curvas muy cerradas en las que no se ve nada y las rayas laterales de algunas zonas se han borrado, con lo cual de noche o con niebla no tienes referencia ni de por dónde vas", explica el entomólogo aragonés Enrique Murria, uno de los vecinos de La Guarguera que toman esta carretera a diario por motivos de trabajo. Él vive desde hace 16 años en Aineto, localidad que ronda los 40 habitantes, y tiene que desplazarse por esta carretera -la única que comunica los núcleos del valle del Guarga- para llegar al Parque Nacional de Ordesa, donde trabaja, pero también para hacer cualquier recado en Sabiñánigo, como llevar a sus hijas a extraescolares, hacer la compra o bajar a Huesca.

En su misma situación se encuentran los 150 vecinos que hay censados en los 32 núcleos poblados que constituyen el valle del Guarga, más conocido como La Guarguera, cuya única carretera de acceso -la A-1604- sufre "de forma muy aguda" el éxodo rural que afecta a la zona.

50 kilómetros de carretera sin señalización en pleno Pirineo oscense

"La carretera no cumple ni los requisitos mínimos de una autonómica. Su trazado es anterior a la Guerra Civil y no recibe inversiones desde 1950. Lo máximo que se ha hecho es tapar agujeros o alguna intervención de urgencia, pero no se ha invertido ni un solo euro de manera estructurada para la mejora de la calzada", denuncia Karlota Albas, portavoz de la asociación La Guarguera Viva, que este domingo emprendió una andada reivindicativa para pedir al Gobierno de Aragón una partida presupuestaria que dé pie a un proyecto de rehabilitación y mantenimiento de la A-1604.

"Todos tenemos los mismos derechos y sabemos que no cuesta lo mismo llevar un servicio de un sitio a otro, pero si no damos posibilidades no vamos a poder asentar población ni tan siquiera mantener la existente y volveremos a la época de los años 70. En lugar de recuperar habitantes, lo que vamos a hacer es el proceso contrario", lamenta Albas, vecina de Laguarta.

Casi 200 vecinos de la zona secundaron este domingo la andada reivindicativa de 11 kilómetros convocada por la Asociación Guarguera Viva, a la que asistieron también la presidenta de la Comarca del Alto Gállego, Lourdes Arruebo; el acalde de Boltaña, José María Giménez; el consejero de la Comarca del Sobrarbe José Manuel Salamero, dos diputados y varios consejeros comarcales que trasladaron su compromiso a los manifestantes. Los vecinos, por su parte, han guardado las pancartas, pero no descartan volverse a concentrar para reivindicar la mejora de esta vía que discurre entre montañas, pues consideran que su mejora no solo evitaría peligros, sino que favorecería también el uso recreativo de esta carretera que hoy parece 'de rally'. "Si queremos luchar contra la despoblación hay que tener vertebradas las comunicaciones. Necesitamos unas carreteras dignas para que nuestros pueblos puedan continuar con su día a día, asentar población y ser un referente de desarrollo sostenible y de puesta en valor de nuestro entorno, nuestra cultura y nuestras gentes", concluye Murria, uno de los 38 habitantes que tiene Aineto, la aldea más poblada del valle del Guarga.

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