Los refugios de montaña aplican la tecnología de hidrógeno para ahorrar un 20% de energía

El proyecto europeo busca reducir las emisiones contaminantes de Bachimaña, Estós, La Renclusa, Lizara y Cap de Llauset.

De pie, Marina Fábregas y Xaro Cantarero; y sentadas, Malena Cantarero, Aída Pagé y Patricia Muñoz.
De pie, Marina Fábregas y Xaro Cantarero; y sentadas, Malena Cantarero, Aída Pagé y Patricia Muñoz.
X. C.

Conseguir una mejora de la eficiencia energética en un 20%; reducir las emisiones contaminantes de dióxido de carbono en 21 toneladas por año y las de óxido de nitrógeno en 0,5 toneladas al año; y disminuir el número de viajes en helicóptero para transportar combustible, lo que supondrá un ahorro estimado de una tonelada de queroseno al año por centro. Estos son los principales objetivos de los sistemas de medición y monitorización del consumo de energía que ha instalado la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón, con sede en el parque tecnológico Walqa, en cinco refugios de montaña para poder establecer, tras un estudio posterior, mejoras en el uso y la distribución de la energía.

Durante la última semana, técnicos de la Fundación, en colaboración con guardas de la Federación Aragonesa de Montañismo, se han desplazado a tres de los refugios (Bachimaña, Estós y La Renclusa) para instalar estos dispositivos que ya tienen desde 2016 en Lizara y Cap de Llauset.

El caso más innovador será el de Bachimaña, en Panticosa, donde se va a incorporar un sistema completo de producción, almacenamiento y utilización de hidrógeno renovable. En el resto de refugios se harán actuaciones orientadas a aumentar la presencia de la energía fotovoltaica, mini eólica, mini hidráulica, automatización y mejoras en el aislamiento térmico de los edificios.

En palabras de Pedro Casero, responsable de del Área de Innovación de la Fundación del Hidrógeno, "los sistemas de medición estarán varios meses instalados para ver el perfil de consumo diario de cada refugio, que suelen necesitar más energía durante los servicios de desayunos, comidas y cenas que en el resto del día. Por eso es importante conocerlo y valorarlo".

Con estas mediciones, los técnicos de la Fundación diseñarán las mejores actuaciones para abastecer con energías renovables tras un estudio pormenorizado de cada uno de los refugios.

La Renclusa, a los pies del Aneto, y Estós, junto al Posets, cuentan con un elevado uso de grupos electrógenos operados por gasóleo debido a la gran afluencia de montañeros, especialmente en los meses de verano. Estos generadores producen grandes cantidades de CO2 que, gracias a este proyecto, están más cerca de verse reemplazadas con el suministro de energías renovables.

En Bachimaña, se quieren aprovechar los excedentes de energía hidroeléctrica que genera un ibón cercano durante gran parte del año para almacenarlos en forma de hidrógeno y usarlos de electricidad en verano, cuando la producción de la minicentral no es suficiente para satisfacer las necesidades energéticas.

Otro objetivo es elaborar una serie de guías metodológicas para reproducir las soluciones desarrolladas en los refugios en otras localizaciones europeas y de todo el mundo. Y es que este proyecto europeo de modernización energética se está llevando a cabo en nueve refugios de Italia, Eslovenia, Rumanía y España. Cofinanciado por el programa europeo LIFE+, cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros y está coordinado por la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón.

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