La Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca celebra el 175 aniversario de los estudios de Magisterio en la ciudad, que se imparten en la misma sede desde hace 85 años. La de la capital oscense, construida en 1932, es una de las tres Escuelas Normales de España con edificios de mayor antigüedad. Hoy, con casi 1.100 alumnos, más de 100 profesores y personal de administración, las dependencias docentes se han quedado pequeñas.

Edificada entre el Coso Alto y el parque Miguel Servet, la decana de la Facultad, Marta Liesa, reconoce que en la escuela "somos muchos y tenemos poco espacio". "El edificio es de estilo aragonés y muy bonito, pero está muy obsoleto", añadió. Según dijo, nunca se ha hecho una reforma integral sino pequeñas intervenciones. En los últimos años, se ha colocado ascensor y se ha hecho accesible con una rampa, se han adaptado los lavabos y se acondicionaron despachos en la primera planta, entre otras obras. "Pero las necesidades que había en 1932 y las que hay hoy son muy diferentes", apuntó la decana.

La adaptación de las enseñanzas al Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bolonia) requiere, entre otras metodologías, que los estudiantes realicen trabajos en grupo. "Y no tenemos seminarios donde poder hacerlos", apunta Liesa. La escasez de salas se ha suplido con la anchura de los pasillos. En ellos se han colocado mesas grandes para que los alumnos puedan trabajar. Todos los espacios se aprovechan.

Es por ello que los corredores superiores de la Escuela de Magisterio están jalonados de enchufes, lo mismo que las aulas. "Hoy todo el mundo viene con el ordenador", comenta Azucena Lozano, secretaria de la Facultad. El edificio también dispone de wifi, "pero cuando, de repente, todo el mundo se conecta, se colapsa", añade.

La Normal se consideró en su momento como "modelo de construcción docente". A ella se trasladaron la escuelas de maestros (que estaba en el colegio de San Bernardo, cerca de la catedral) y la de maestras (en la calle Padre Huesca). Ese mismo año se ubicó en el edificio de la calle Valentín Carderera la Escuela Aneja, que en 1939 se desdobló en dos (niños y niñas). Desde 1998 es el colegio de Infantil y Primaria El Parque, que sigue vinculado a la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación. De hecho, ocupa casi la mitad del edificio, pero la relación es "más que fluida" y se comparten los espacios como el salón de actos de Magisterio o el pabellón polideportivo. Este, construido en 1992, "fue una mejora importante", apunta Lozano.

El espacio disponible es limitado y las instalaciones no pueden ampliarse. "El hecho de que sea un edificio que está en mitad de la ciudad hace más difícil que puedas expandirte, y tienes que aprovechar el espacio dentro", indica Nieves Moyano, que es delegada de Estudiantes, Comunicación e Investigación. El edificio tiene dos plantas (una más en el cuerpo central) y se distribuye en torno a dos patios interiores. En este momento se cursan los grados de Magisterio en Educación Primaria y en Educación Infantil, así como distintas menciones en cada uno de ellos. Además, se imparte el máster en Estudios Avanzados sobre el Lenguaje, la Comunicación y sus Patologías y el de Profesorado en Educación Física con 22 así como un estudio propio de lengua aragonesa.

La escuela bulle de actividad y más estos días, en los que celebra su 175 aniversario. Ayer varios de los docentes titulados en el campus oscense analizaron su labor educativa en distintos contextos. Hoy, a partir de las 12.30, tendrá lugar la mesa redonda ‘Desde Magisterio a otras profesiones’, en la que antiguos alumnos del centro explicarán sus experiencias. Entre ellos estará la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, M.ª Victoria Broto, que explicará su vocación por el Magisterio y su trayectoria como educadora, a la que dedicó más de 23 años.