Tina Turner también pone huevos

Un matrimonio de Gurrea de Gállego (Huesca) ha reconvertido su granja familiar en todo un negocio de huevos de corral a domicilio.

Una de las gallinas de la granja.
Una de las gallinas de la granja.
María Pilar Villar

Quién le iba a decir a María Pilar Villar y a Miguel Ángel López, de Gurrea de Gállego (Huesca), que las cuatro gallinas que les regalaron hace dos años darían para tanto. Ahora, conviven con unas 500 y distribuyen sus huevos a 90 familias aragonesas.  

"Unos mozos nos dieron 4 gallinas y, como producían más de lo que consumíamos, les llevaba a mis compañeras del laboratorio de alimentación donde trabajo una parte de los huevos que no gastábamos", explica Villar. Poco a poco, se corrió la voz de la existencia de este producto y sus amigos empezaron a darles más gallinas. 

"Cada vez más personas nos hacían pequeños encargos, así que decidimos comprar más por nuestra cuenta hasta que, al final, teníamos tantas que apostamos por crear un negocio que dio inicio en mayo de 2016", apostilla. El matrimonio comenzó, de esta forma, a gestionar todos los papeles para poder llevar a cabo el proyecto.

Tanto ella como su marido, que es albañil, habilitaron un espacio para estos animales en la granja de la que disponen cerca del pueblo –Camperos La Borda Alta-. "Limpiamos las paredes de cemento, las pintamos y las reparamos, e instalamos bebederos, comederos y puertas nuevas; todo lo exigido por Sanidad", detalla. También construyeron un centro de envasado, en un garaje de esta localidad, donde empaquetan todos los pedidos.

Durante ese proceso, Villar explica que vio por internet que la gente apadrinaba terneros y otros animales, así que se sumaron a esta iniciativa lanzando a través de las redes sociales una campaña de apadrinamiento de gallinas. "Los primeros en apuntarse fueron mi madre y nuestros amigos, pero al publicarlo en Facebook, el número de personas interesadas aumentó y aumentó hasta llegar a las 90 actuales", comenta.

Por 8 euros al mes, los padrinos de estos animales reciben a domicilio cada mes 30 huevos de corral procedentes de sus gallinas, a las que ponen nombres originales, cuanto menos. "Tenemos a una que se llama Pepa Pig Vainilla, Amazon, Anacleta Agente Secreta, Marcelina Ignacia Isabel de Andrés, e incluso a una Tina Turner, para la que escogimos una morena", ríe, al tiempo que señala el éxito de su negocio.

"La gente está encantada; aprecia mucho el comercio de cercanía, el comprarte a ti y no a una cadena grande para tener un producto fresco", dice, y señala que, en este momento, se encuentran desbordados. "No damos abasto, pero en unos meses compraremos otras 500 gallinas para poder abastecer a más gente", anuncia.

Otro de los aspectos que también gusta a los padrinos es la libertad que tienen para ir a la granja y así conocer a su pequeño animal, que lleva una pulsera en la pata con su nombre. "De todas formas, no pasa nada si no puede venir, porque a todos les mandamos de forma periódica fotos y vídeos de su gallina a través de Whatsapp".  

Huevos también para el Refugio

Villar advierte de que la cuota mensual de los padrinos incluye el pago de 6 huevos más que van a parar a la Santa Hermandad del Refugio. "Es algo que decidimos desde el primer momento en un intento por colaborar con una buena causa; el huevo es un producto con muchísimos variantes, muy nutritivo, y les puede ir muy bien", esgrime.

Ernesto Millán, gerente de esta organización en Zaragoza, se muestra muy agradecido por la donación percibida desde hace ya 8 meses. "Antes de colaborar con nosotros, María Pilar vino al Refugio para preguntarnos si preferíamos el dinero procedente de la venta de los 6 huevos, pero nos hacía más ilusión recibir el producto", cuenta.

Cuando llegan los cerca de 300 huevos donados –explica Millán-, preparan para todos los transeúntes huevos fritos de corral con patatas y chorizo, "como a todos nos gusta en nuestra casa", y anota que a todos los que disfrutan de este plato les encanta.

Además, el gerente señala las buenas condiciones en las que viven estas gallinas. "Fui a la granja un sábado hace un tiempo y pude comprobar que se trata de un espacio muy bien montado en el que los animales viven estupendamente", anota.

En este sentido, Villar añade que las gallinas están sueltas en la granja y detalla la rutina de estos animales. "Se levantan, ponen el huevo, y las dejamos a su aire; por la tarde, se les da de comer y ellas solitas entran a dormir cuando se hace de noche".  

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