La masiva afluencia de jóvenes a las fiestas de Chimillas provoca disturbios de madrugada

La Guardia Civil identificó el sábado a varios chavales por peleas, como ya sucedió en Ayerbe. Muchos son menores a los que llevan en coche los padres y llegan con las bebidas para el botellón.

Se ha puesto de moda y los jóvenes se desplazan de forma masiva a las fiestas de los pueblos del entorno de Huesca. Muchos de ellos son menores a los que llevan los padres en coche con las bebidas para el botellón, quizá porque en los bares de la capital no pueden entrar. Sin embargo, las noches acaban con peleas, actos vandálicos y los parques llenos de basura. "Es un problema de seguridad", estiman los alcaldes de la Hoya, que ya se ha dado este verano en Ayerbe, Almudévar, Monflorite, Tierz, Loarre y este último fin de semana en Chimillas. La Guardia Civil intervino porque hubo peleas entre grupos de menores por el robo de cazadoras, reventaron la puerta de la báscula municipal, el parque acabó lleno de cristales y rompieron ramas de árboles.


A medianoche del pasado sábado comenzó la música en directo por las fiestas menores de la Virgen del Rosario en Chimillas, mientras unos 200 o 300 jóvenes de fuera deambulaban con las botellas por el pueblo o se sentaron en el parque municipal o en el acceso a la escuela, comentó ayer el alcalde de Chimillas, Juan Ramiro. No entraron al pabellón hasta que empezó la discomóvil a las 1.30 y permanecieron hasta que acabó pasadas las 4.00, hora a la que muchos padres acudieron a recogerlos. Algunos, incluso, llegaron en microbús. En estas tres horas, unos grupos robaron cazadoras a otros y entraron con ellas puestas en el polideportivo, por lo que se originaron peleas y se avisó a la Guardia Civil. Los agentes ya habían estado vigilando las calles durante las primeras horas de la fiesta, pero en el momento de los disturbios se habían ido a otro servicio y, al ser avisados, regresaron. "Pedimos a la Guardia Civil que viniera para que se dejara ver y está encima del tema porque además identificó a varios", comentó Ramiro. "A ver cómo encauzamos esta situación, porque es complicada. Tampoco veo normal que los padres los suban con las bolsas y las botellas", denuncia.


Juan Ramiro fue uno de los asistentes a la reunión de alcaldes de la Hoya de Huesca, que se celebró el pasado 29 de septiembre, para pedir una reunión con la Subdelegación del Gobierno –que aún no se ha producido–, para buscar soluciones. Los alcaldes de Almudévar, Siétamo, Ayerbe, Monflorite, Tierz y Loarre forman parte de la comisión creada entonces para pedir un calendario de fiestas que permita reforzar la presencia de la Guardia Civil. De hecho, en el mismo fin de semana coincidieron las fiestas de Almudévar, Gurrea y Ayerbe, los tres pueblos más grandes de la comarca.


A este último, acudieron unos 3.000 jóvenes y la noche también acabó con peleas. Su alcalde, Antonio Biescas, miembro de la comisión, resaltó que están encantados de que lleguen los jóvenes porque la mayoría van para pasarlo bien, pero siempre hay grupos que ocasionan problemas y hay que buscar soluciones. En este caso, habían contratado seguridad privada para vigilar el llamado Espacio Joven, con el que consiguieron repartir al público en dos escenarios. Con todo, la masiva afluencia desbordó la capacidad que tiene una localidad de controlar todas las zonas. A su juicio, es necesaria una mayor concienciación entre los jóvenes sobre los efectos del botellón.


Además, aunque esto no es el principal problema, se genera mucha basura, y muchos ayuntamientos pequeños carecen de personal y de medios para limpiar los parques y las calles al día siguiente. Por ello, buscan una solución conjunta a esta ‘moda’ que convierte las fiestas en un problema de seguridad.

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