¿Donar médula duele?

Una simple extracción de sangre permite formar parte de un registro al que se recurre cuando se necesita un donante.

El autobús del Banco de Sangre.
El autobús del Banco de Sangre.
Asier Alcorta(Heraldo

Josep, Mateo, Pablo o Javier. Los llamamientos para donar médula han tenido nombre propio en muchos casos, y en otros miles, esconden un sufrimiento anónimo, ya que cada año 5.000 personas son diagnosticadas de leucemia en España. Numerosas campañas por redes sociales animan a llevar a cabo este gesto de solidaridad y total empatía, que permite salvar vidas, pero pocas veces se conoce el procedimiento a seguir. ¿Donar médula duele?, ¿qué tengo que hacer para ser donante?, ¿puedo elegir a quién va destinada mi médula? Son algunas de las cuestiones que surgen cuando alguien se plantea dar el paso. Con el fin de dotar de información y facilitar el proceso a los oscenses que lo hagan, trabaja la asociación Izas, La Princesa Guisante, dentro de su labor para avanzar en el estudio de las enfermedades raras. “No es algo doloroso, aunque pueda parecerlo, al asociar el término médula a la médula espinal. Pero sí que requiere un compromiso en el caso de que exista compatibilidad con alguien que necesite la médula. Se trata siempre de un proceso anónimo tanto para el que la aporta como para el receptor”, explica Mónica Sarasa, alma máter de la asociación.


En lo primero en que se incide es en la todavía dura estadística de que solo una de cada 100.000 donaciones son compatibles con las necesidades de alguien que la precise. “Para que ese número aumente es necesario que crezca la cantidad de donantes, para que haya más posibilidades de encontrar coincidencias”, puntualiza Sarasa. La primera búsqueda de compatibilidad suele realizarse en el ámbito familiar, pero solo uno de cada cuatro encuentra un posible donante entre sus familiares.


Para quedar registrado dentro de ese banco al que se recurre en caso de necesitar médula para un enfermo, únicamente hay que someterse a una extracción sanguínea, posible en la mayoría de hospitales o en las unidades móviles de donación de sangre. De esta manera se conoce el tipo de células y se almacenan los datos. Si aparece una coincidencia del 80% o más entre estos y los de alguien que precise la donación, se inicia el proceso del trasplante.


“Por eso es muy importante que la persona que accede a formar parte del Banco de Donantes Mundial sea consciente de que implica un compromiso que debe mantenerse en el tiempo, pues puede aparecer la compatibilidad con un enfermo años después de registrarse”, apunta Sarasa, que matiza que uno puede decidir no seguir adelante en el proceso en cualquier momento, aunque eso pueda tener consecuencias fatales para la persona que esté esperando el trasplante, ya que este debe llevarse a cabo en un tiempo limitado.


En el caso de que exista esa compatibilidad y tras realizar las pertinentes pruebas que lo consideren factible, la obtención de la médula se puede llevar a cabo de dos maneras. A través de la extracción de células madre de sangre periférica, mediante un proceso de aféreseis, después de la administración de cuatro o cinco inyecciones subcutáneas de unos agentes llamados 'factores de crecimiento', que llevan estas células al torrente sanguíneo. Se colocan dos vías y se va extrayendo la sangre para poder obtener de ella las células madre antes de volver a inyectarla. “Este sería el sistema más común, en un 80% de los casos”, aclara Sarasa.


En el 20% restante, que se da sobre todo en pacientes con enfermedades muy particulares que responden mejor a este tipo de donación, la extracción sería a través de sangre medular de las crestas ilíacas, situadas en la parte posterior de la pelvis, mediante unas punciones. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general o epidural y requiere un ingreso hospitalario de 24 horas.


Para poder donar médula es necesario tener una edad comprendida entre los 18 y los 55 años. No es posible entre embarazadas o mujeres en proceso de lactancia, individuos con tratamientos anticoagulantes, con hipertensión arterial no controlada, diabetes insulinodependiente, enfermedades cardiovasculares u otras patologías que supongan un riesgos sobreañadido de complicaciones durante la donación, o bien que impliquen riesgo de transmisión para el receptor.


En el caso del hospital San Jorge de Huesca, las donaciones de médula pueden realizarse en el banco de donantes, ubicado en el edificio principal, en horario de 9.00 a 13.00, sin necesidad de cita previa. Sí que es necesario contar con alguien que ejerza de testigo o aportar un impreso de consentimiento firmado (http://www.fcarreras.org/consentimiento-informado_105996.pdf).


“A veces no reaccionamos hasta que no tenemos cerca un caso que nos afecta, y es entonces cuando se multiplican las donaciones en el entorno. Pero es necesario hacernos conscientes antes de que con ese gesto podemos estar salvando la vida de alguien en el mundo, aunque no la conozcamos, y creo que eso es una satisfacción incuantificable, muy por encima de cualquier aprensión a las agujas o el reparo de pasar por el proceso de extracción”, concluye Mónica Sarasa.

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