La Puebla de Castro solo tiene agua para una semana y reclama medidas urgentes

La alcaldesa pide el cierre de compuertas por el bajo nivel del embalse de Barasona y cree que el abastecimiento con cisternas no solucionará el problema.

El nivel ha bajado una media de 20 centímetros al día en las últimas semanas.
El nivel ha bajado una media de 20 centímetros al día en las últimas semanas.
Ángel Gayúbar

La Puebla de Castro inició ayer sus fiestas con la preocupación por el suministro de agua. La tubería ya no puede captar en el embalse de Barasona porque la sequía ha dejado el nivel bajo mínimos y la solución propuesta por la Confederación Hidrográfica del Ebro de abastecer con cisternas a partir del miércoles a los más de 2.000 usuarios, entre vecinos y visitantes, no tranquiliza al municipio.


La alcaldesa, Maite Bardají, reclama como primera opción el cierre de compuertas para que se pueda recuperar en unos días con la entrada de caudal del Ésera. El riego, añade, tiene opciones alternativas, y aunque los agricultores también sufren restricciones, ya se ha decidido el bombeo al canal desde el río Noguera-Ribagorzana y además cuentan con otra presa, San Salvador. "Nos dijeron que con este embalse, Barasona no iría tan forzado, y resulta que el primer año que funciona nos dejan ya sin agua, y en agosto, que no había pasado nunca", se quejó la responsable municipal. "Yo no pretendo perjudicar a los regantes, pero también pido solidaridad", añadió.


Y es que según Bardají, la alternativa que propone la CHE de abastecer con cisternas al municipios es "insuficiente" con la actual ocupación turística. El consumo diario en verano, cuando la población se multiplica por cinco, es de unos 500 metros cúbicos. "No me quedo tranquila. Las cubas más grandes son de 20 metros cúbicos. ¿Cuántas necesitaríamos cada día? ¿Y durante cuántos días?", se preguntó, ya que la solución al problema depende de que llueva. "Es como poner una tirita cuando un herido se está desangrando", añadió.


El Ayuntamiento se plantea otras opciones, como una bomba móvil que permitiera captar agua desde el cauce del río, pero debería contar con ayuda de otras instituciones, como la Diputación de Huesca, pues el presupuesto municipal, de poco más de 500.000 euros, no permite asumir el coste.


Lo que no se plantea son restricciones de agua en la localidad, justificando que un anuncio de este tipo provocaría un pico de consumo y en la balsa de almacenamiento solo queda reserva para una semana. Según los cálculos del Ayuntamiento, con el gasto diario y la ocupación de este momento, "como máximo tenemos para siete días".


La Confederación insistió ayer en que el abastecimiento a las poblaciones es prioritario cuando el volumen de agua embalsada no cubre los usos, pero aclara que en este caso "sí hay reserva suficiente", el problema es que la infraestructura de captación está muy alta. El organismo de cuenca se ha comprometido a cubrir el abastecimiento con cisternas, cogiendo el agua de otro punto del embalse, y a asumir el coste de la operación.


En cuanto a las críticas a la toma de agua, la alcaldesa replicó recordando que fue la empresa pública Acesa, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, la que ejecutó el abastecimiento, con la aprobación de la CHE. La captación se diseñó hace más de 10 años, cuando estaba vigente el proyecto del embalse de Santaliestra y pensando en que este garantizaría una lámina permanente en Barasona. Mencionó además que una parte del término municipal, incluido el antiguo pueblo de Barasona, está anegado por las aguas del pantano. "Estamos rodeados de embalses, porque por el otro lado tenemos El Grado, y resulta que no disponemos de agua. Parece absurdo".


A los problemas del abastecimiento urbano se suman los daños a las empresas turísticas, ya que este es uno de los principales núcleos de actividades náuticas de la provincia. Santiago Murillo, gerente del complejo turístico Bellavista, con un campin, un hotel y un restaurante, donde se alojan estos días casi 400 personas, denunció que el bajo nivel del embalse se repite año tras año, "pero el 15 de septiembre, no a principios de agosto, y el agua la necesitamos ahora". No entiende que la mayoría de las presas estén a más del 50% de su capacidad, y Barasona, al 30%.


Sus clientes hacen las reservas contando con la cercanía del embalse y la posibilidad de navegar. "Vienen a un pantano que hoy está vacío y se sienten defraudados. Les explicamos el porqué y lo comprenden, son solidarios, pero no sé que pasará el próximo año", declaró el empresario.


El complejo dispone de abastecimiento propio, una bomba sumergible que ha debido mover para poder llevarla a dos metros de profundidad. "Hacía 6 años que la bomba estaba en el mismo sitio y este año ha habido que trasladarla. Eso ha costado dinero y trabajo, y solo conseguiremos tener agua 5 o 6 días. Luego habrá que hacer otra maniobra", explicó. Las empresas de deportes náuticos de la zona también se ven obligadas a cambiar de ubicación los embarcaderos.Imagen del cupón de la ONCE


En el entorno se ubica otro campin, el de Lago de Barasona, y cerca se levantan dos urbanizaciones, también con el nombre del embalse. Curiosamente, el pasado día 3 fue la imagen del cupón de la ONCE dedicado a playas del interior. Una ironía, señaló Maite Bardají, porque esa estampa paradisíaca es actualmente un lodazal.

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