Expectación en Bedous por el viaje en tren desde Olorón más multitudinario

Doscientos pasajeros se suben al primer convoy en el día de la puesta en servicio de este tramo, aunque aún quedan 25 km hasta Canfranc.

Hace 36 años que llegó a Bedous el último tren de pasajeros, con solo cuatro viajeros. A primera hora de la mañana de ayer un tren volvió a parar en esta localidad, y lo hizo con 200 personas, y muchas más que lo esperaban en una estación totalmente rehabilitada. Una diferencia sustancial respecto a 1980, lo que demuestra la necesidad que hay de reabrir el ferrocarril a Canfranc, hasta donde solo quedan 25 kilómetros.


Ahora la siguiente parada debe ser la localidad oscense, y el objetivo sigue estando en el año 2020. "Cada vez estamos más cerca, pero hace falta el último empujón", subrayó Sophie Harden, una de las pasajeras del tren entre Olorón y Bedous, el tramo reabierto al tráfico ferroviario. "Se puede decir que es un día muy importante y así se refleja en la fiesta que se ha organizado en Bedous y en la alegría de todos los que estamos aquí", añadió.


El tren regional de doble composición de la compañía francesa SNCF que ayer realizó seis viajes entre Pau, Olorón y Bedous y otros cinco en sentido contrario, llegó completo en todas las ocasiones y fue despedido y recibido con aplausos y música tradicional. La expectación en ambas estaciones fue enorme, nadie quería perderse ver llegar de nuevo un tren a Bedous y así lo recogieron con sus cámaras y teléfonos móviles. Uno de los pasajeros destacados fue el presidente de Aquitania, el socialista Alain Rousset que hizo varios trayectos. "Es un día de alegría, de emoción, de esperanza, pero hay que llegar a Canfranc, porque es una línea internacional muy importante", dijo al bajar del tren, en el que también viajeron su vicepresidente, Bernard Uthurry, y el alcalde de Olorón, Henry Bellegarde.


Y es que esta jornada ha significado la recuperación de 24,7 kilómetros de raíl en el valle del Aspe, para lo que se ha necesitado a casi 400 obreros para realizar una ingente obra de 150 actuaciones en puentes, utilizando 52.000 toneladas de balasto. Este tramo ha tenido un coste de 102 millones de euros, financiados por las arcas del Consejo Regional de Aquitania-Limousin-Pouitiu. El siguiente entre Bedous y Canfranc requiere un mínimo de 369 millones de euros, pero en la zona española también hace falta una importante inversión para dejarla en condiciones.


Rousset reconoció que sigue confiando en la reapertura total en el 2020, aunque no ocultó las dificultades. Para hacerlo posible debe haber un compromiso firme del Gobierno francés, del español y del Ejecutivo aragonés, apuntó Alain Cazenave-Piarrot, fundador y presidente de honor de Creloc, coordinadora para la reapertura del ferrocarril Oloron-Canfranc. "La jornada ha sido importante, pero para nosotros el día histórico será cuando llegue el tren a Canfranc, para lo que seguiremos luchando junto a la Crefco", dijo.


Cazenave-Piarrot se subió al primer tren en Pau a las 7.30 en Pau, donde medio centenar aplaudieron a la salida. "En Olorón ha habido una invasión popular. El viaje ha sido maravilloso, cómodo y a través de las ventanas del tren se puede disfrutar del paisaje montañoso. Aunque hay gente que ha dicho que ha faltado el sol, creo que el tiempo es bueno, porque es el típico de este lado del Pirineo", añadió.


El fundador de Creloc evidenció que Aquitania ha financiado en solitario las obras, por lo que reivindicó que el gobierno español que salga de estas nuevas elecciones y la DGA la autonomía aragonesa financian la mejora del lado español. También planteó la necesidad de un operador único para la línea internacional, aunque de momento se seguirá con el viaje combinado: en bus de Canfranc a Bedous y con el mismo billete, en tren hasta Pau.


Además de la rehabilitación integral de la línea, se ha mejorado la estación de Bedous, donde se ha instalado una marquesina y se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, como los aparcamientos para bicicletas, con piezas de plástico que cubren los sillines.


Bedous vivió una gran fiesta y no era para menos. Por ello, la música fue la protagonista durante todo el día y en la propia estación se instaló un pequeño mercadillo donde se vendían quesos y otros productos típicos de esta región francesa. Aunque ayer se puso en servicio la línea, la inauguración será el próximo viernes con la asistencia del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, entre otras autoridades, además de las francesas.

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