Bolea vende 4.000 kilos de cereza en una feria marcada por el retraso de la cosecha

Directo del campo al puesto. Las cerca de 8.000 personas que ayer de acercaron hasta Bolea para comprar cerezas se llevaron unos 4.000 kilos de fruta, mucha de ella recién cogida, ya que la cosecha ha empezado con más de 10 días de retraso por las condiciones meteorológicas. Una primavera lluviosa y con bajas temperaturas ha impedido que las variedades que otros años se recogen a principios de junio estuvieran listas para el consumo, ya que le faltan unos días de maduración.

Aún así, la XVII Feria de la Cereza de Bolea fue de nuevo todo un éxito. Desde primera hora de la mañana, la gente llenó la plaza Mayor de la localidad para conseguir la fruta. Este año solo ha podido ofrecerse la variedad Prime Giant. El resto de las que se cultivan en la zona y que en esta fecha el año pasado ya estaban maduras, siguen haciéndose en el árbol, según explicó Santiago Pisa, de Cocebo, la cooperativa que aúna a siete productores. Ante la gran demanda, añadió que "la altitud, la tierra y el clima son los factores que propician un sabor que otras no tiene", añadió.

Las familias deIsabel Mor y de María Rubio viajaron ayer desde Zaragoza hasta Bolea para comprar cerezas. Es el segundo año que visitan la feria y entre ambas se llevaban 14 kilos. "Venimos expresamente porque nos gustan y además nos quedamos a pasar el día por aquí", comentaron.

También llegaron a la feria de forma expresa 35 personas que viajaron en autobús desde Benidorm (Alicante). Habían dormido en Huesca. Quienes sí la encontraron por sorpresa fueron los 54 excursionistas que vinieron desde San Sebastián a ver la colegiata de Bolea y, de paso, se llevaron unos kilos de cereza.

Bibí Sanvicente, de la Asociación de Amas de Casa A’ Cerecera, manifestó que la feria ya está consolidada y conlleva el que "llegue cantidad de gente hasta Bolea". Según dijo, esto era "algo impensable el primer año que la hicimos". Vestida con su ya mítico traje de estampado de cerezas, recordó que fue hace unos 20 años cuando la cooperativa se puso en contacto con nosotras para hacer un día de la cereza. "Todas las familias tenían un cerezo y organizamos la jornada con artesanos de nuestro pueblo. El panadero, el herrero, el carpintero... Fue un éxito y la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de la Hoya, Adheso, propuso hacer una feria y así comenzó esto hace 17 años", explicó con satisfacción.Artesanos

A los puestos que venden cerezas, se suman los de artesanía y alimentación. Este año han sido unos 40 los que han participado, algunos llegados hasta de Lugo para vender orujo, indicó Sanvicente. En la plaza Mayor estaba Carlos Ferreiro, que vino de Andorra (Teruel) a ofrecer sus embutidos. "Hace cuatro que vengo y vuelvo porque hay gente y buen ambiente y se va vendiendo", comentó.

Pedro Bergua, alcalde de La Sotonera, municipio al que pertenece Bolea, indicó que la feria de la cereza es "un revulsivo" para la población. "Hay que seguir potenciando su cultivo e incluso ir un poco más allá con la transformación y la comercialización del producto", destacó. Asimismo, dijo que Huesca es un mercado importante para este producto, que también llega a Zaragoza, Barcelona, País Vasco, Madrid y el sur de Francia.

De momento, la cereza de Bolea tiene imagen de marca. "Intentamos conseguir la denominación de origen, pero las exigencias eran muchas, sobre todo porque se nos pedía mucha más producción de la que tenemos, que es de unos 100.000 kilos anuales", explicó Bergua.

Pablo Bescós, usuario de la Asociación Down Huesca, fue el encargado de inaugurar la feria a las 11.00, pero mucho antes había gente comprando cerezas. Por la tarde, el público continuaba aguardando a que las cajas se llenasen con la fruta que unas 30 personas seguían recogiendo en los campos. Lorenzo Urroz, de Cocebo apuntó que "la mejor cereza está por llegar".